Abril: Semana Santa

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2:8-9

La tercera semana de este mes de abril, esto es, la de los días 15 al 21, celebramos la conocida como Semana Santa, y siendo lo que se conmemora en esta fecha algo de importancia capital para la fe cristiana, sin duda merece el énfasis de este mes, ya que lo ocurrido en la primera Semana Santa cambió la historia de la humanidad para siempre.

No es casualidad que esta celebración coincida con la de la pascua judía, es decir, (y esto es importante recordarlo), la celebración del momento en el que el pueblo hebreo salió libre de la esclavitud de Egipto. De hecho, Dios mismo, y al hilo de lo que se revela en Hebreos 1:1-2, ya se ha revelado a nosotros de muchas maneras, principalmente para comunicarnos su plan de redención a través de Jesucristo. Ya en el Antiguo Testamento, varios siglos antes de su nacimiento, tenemos imágenes de la figura de nuestro salvador, y de su obra. A estas imágenes o figuras se les conoce como “Tipos”. El cumplimiento de estas imágenes (o “tipos”) en el Nuevo Testamento se les conoce como “Antitipos”. Y uno de los tipos más evidentes es el cordero pascual, sin mancha ni defecto, que es sacrificado y consumido por el pueblo de Dios, antes de su rápida huida de la esclavitud de Egipto, gobernado por Faraón. Asimismo, Jesús y su sacrificio es el antitipo de esta pascua, puesto que se nos presenta como un cordero perfecto, sin mancha ni defecto (sin pecado) que, aunque es inocente, es sacrificado. El pueblo de Dios, representado ahora en la iglesia, acepta este sacrificio y es liberado de la esclavitud de este mundo pecaminoso, gobernado por Satanás.

En Jesús se cumplió lo que se venía esperando desde siglos atrás. Dios mismo quiso acercarse a la humanidad de esta manera, pero una y otra vez nos quiso persuadir para que por fe pudiéramos ser aptos (justificados) para conocerle.

Pero en estas fechas que celebraremos con gozo, pero con solemnidad, con esperanza y con sencillez de corazón, solamente dando honor y gloria a Dios, por su gracia, que en la perfecta obra de Jesucristo nos ha hecho aptos si acudimos a Él por medio de la fe (Ef 2:8), sin hacer falta nada más. La verdadera fe trae consigo las obras, pero jamás podemos tratar de justificarnos a nosotros mismos, por muchas obras que hagamos.

Las obras, sin fe o, mejor dicho, con nuestra fe (entendiéndose como confianza) en nosotros mismos o en lo que hagamos, puede verse como buenas intenciones, pero nada más lejos de la realidad. Esta confianza en nuestras obras no sólo es inútil, sino que es completamente perjudicial para una vida espiritual sana, porque coloca cualquier atisbo de “mérito” en lo que hagamos o dejemos de hacer nosotros. Esto viene a colación del oportuno versículo 9, de Efesios 2, que tras declarar que por la gracia de Dios (esto es lo principal), por medio de la fe es que somos salvos (ver versículo de cabecera), si pretendemos serlo por nuestras obras, podemos llegar a jactarnos de ello y quitarle así mérito a lo que Dios hizo en el Calvario hace 2000 años. Y ¿Quiénes somos nosotros para arrogarnos cualquier mérito de salvación si estamos completamente perdidos? Ni la persona que consideramos más buena o más piadosa podría hacerlo.

Por otro lado: Este mes de este año, en nuestra querida España, tiene la peculiaridad de que al final de este (día 28) se celebrarán elecciones generales. Muchos políticos y partidos de todo signo y color harán promesas (muchas de ellas muy loables… otras no tanto) y habrá muchos que los seguirán y pondrán su confianza en ellos, de que solucionarán el país y de paso sus vidas, en base a esas promesas. Pero al final de esta nueva legislatura ¿Cuántos habrán cumplido con esas promesas de bienestar y paz? Seguro que no te cuento nada nuevo, pero dudo mucho que cumplan, por lo menos con la mayor parte de su programa, por lo que nuestra mayor esperanza no debe de estar sobre ellos (aunque te animo que ejerzas tu derecho de ciudadano y vayas a votar con responsabilidad y con sabiduría).

Sin embargo, nuestra mayor esperanza siempre debe reposar en los brazos abiertos sobre la cruz de aquél que sí cumplió en el pasado y seguirá cumpliendo en el futuro. Sólo así los brazos abiertos del Salvador ahora estarán envolviéndote a ti en un amoroso abrazo, pues prometió su resurrección y cumplió gloriosamente… y prometió su regreso… y seguro volverá. Él es el único que nos puede liberar y dar sanidad eterna.

Santi Hernán

Día de la Biblia. 450 años de la Biblia del Oso

“¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.” Salmos 119:103

Este mes, haremos énfasis en la Biblia, cuyo día especial celebraremos, Dios mediante, el domingo 17 de marzo, tal y como se propone desde la Sociedad Bíblica de España.

Aunque no está de más decir que todos los días han de ser el día de la biblia, por lo que debemos de tener siempre presente, siempre abierta y siempre leída todos los días, como alimento que es para nuestra alma. ¿O acaso dejamos de comer un día? ¿Descuidaremos la alimentación de nuestra alma? Sin embargo, es bueno recordar mediante días como estos el valor de estos textos, y también, ¿por qué no? cómo han llegado hasta nuestras manos y honrar también a los valientes siervos de Dios que han procurado que hoy las Sagradas Escrituras fueran accesibles a cualquiera de nosotros, en nuestro idioma.

Hace ya dos años que conmemoramos el quinto centenario de la Reforma Protestante, y aunque la mayor parte del pueblo evangélico en España lo celebramos a lo grande, a nivel secular, pasó más bien desapercibido. Justo al contrario de lo ocurrido en el resto de Europa (posiblemente la arraigada tradición Católico-romana de nuestro país tiene algo que ver). Tanto es así que la solicitud formal que se hizo a la comisión filatélica española para emitir un sello conmemorativo de esta señalada efeméride, se rechazó tajantemente. Sin embargo, no quedó todo perdido, y este mismo año 2019, tal y como informa el portal de noticias Protestante Digital, y del que se hizo eco recientemente el programa de TVE “Buenas Noticias TV”, se ha lanzado en enero el sello que conmemora los 450 años de la publicación de la llamada “Biblia del Oso”, que fue la primera traducción completa de los textos bíblicos al español, efectuada con gran dificultad y en medio de mucha persecución, por Casiodoro de Reina. Así pues, los evangélicos españoles estamos de enhorabuena por este pequeño reconocimiento, a una obra que no sólo es una de las de mayor valor, realizada en el “Siglo de Oro” de las letras españolas, sino que hoy día, con la revisión de Cipriano de Valera, y siendo actualizada el pasado siglo (revisiones de 1909, 1960 y 1995), es uno de los libros en español de mayor difusión en todo el mundo, convirtiéndose también en la versión favorita de todas las iglesias evangélicas de habla española.

Pero como ya adelanté antes, el camino para el teólogo De Reina no fue nada fácil, siendo éste uno de tantos reformadores españoles que han tenido que buscar el exilio en otros países de Europa, pues la Inquisición Española no permitía la “herejía” de tener traducida la Biblia a lo que consideraban un lenguaje vulgar, o del pueblo. En aquel entonces, salvando los manuscritos en idiomas originales (hebreo, arameo y griego), en gran parte de Europa la Biblia sólo podía ser leída en latín, y eso, quién sabía leer, quién lo hacía en esta lengua muerta y el que tenía acceso a un libro de ejemplares de un coste extremadamente alto. Por lo que la Biblia sólo estaba reservada a unos pocos estudiosos, principalmente apartados en ciertos monasterios y conventos, y no siempre disponían de todos los textos completos.

Y hoy, cualquiera puede tener a mano un ejemplar de la Biblia, en casi cualquier idioma. Recordemos lo precioso del trabajo de la Promotora Lingüística “PROEL” por haber traducido el Nuevo Testamento a un idioma muy minoritario llamado Fala (sólo lo hablan unas 11000 personas en España, en una pequeña comarca en el noroeste de Extremadura), tal y como nos informó hace poco, nuestro hermano y misionero Víctor Herrera.

Hoy en día, cualquiera de nosotros posee más de un ejemplar, y en muchos casos, colocados en una estantería cubiertas de polvo, y sin embargo ¡Cuánto costó que pudiéramos tenerla en otra época! ¡Y cuánto cuesta hoy! … pero en otros países del mundo, donde se sigue considerando un libro prohibido, como por ejemplo: Corea del Norte, Irak, Arabia Saudí, Afganistán, Somalía, y un largo etc. También ¿Cuántas tribus y etnias hay en grandes zonas de África, India, el Sudeste asiático y Sudamérica, que ni siquiera la tienen traducida en su idioma? ¿No aumenta eso el valor que hemos de darle a los textos bíblicos en nuestro idioma? Gracias a Dios, que ha levantado obreros para su mies, no sólo entre los misioneros que se adentran en lugares que parecen inaccesibles para cualquier occidental, para llevar las buenas nuevas, sino que hay un magnífico equipo de hombres y mujeres que desde sus oficinas de las Sociedades Bíblicas en todo el mundo, se encargan de las traducciones, para que toda criatura pueda conocer y comprender la riqueza de la Palabra de Dios, en su propia lengua.

Que estas palabras que leemos en nuestras biblias sean dulces a nuestro paladar más que esa miel que buscaba con ansia, el oso de la portada de aquella primera Biblia en español.

Santi Hernán

Febrero: Énfasis en el ministerio pastoral

“Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros.” 1 Tesalonicenses 5:12-13

Este mes, haremos énfasis en el ministerio pastoral, cuyo día especial celebraremos, Dios mediante, el próximo domingo 17 de febrero. Y tal y como se indica en el pasaje de cabecera, es un ministerio sensible, responsable, de arduo trabajo y que, por lo tanto, ha de ser reconocido, respetado y, en definitiva, amado.

Aunque el pastor cuida de sus ovejas, así como Cristo hace con nosotros, el pastor, como siervo de Cristo, ha de ser cuidado también, y esto trae consigo una serie de implicaciones.

Algunas de esas implicaciones ya las hemos leído en el pasaje propuesto de cabecera, pero sin duda podemos ampliar y concretar.

Primero, el pasaje habla de “reconocer” a los que trabajan entre nosotros, y este reconocimiento originalmente se refiere a querer conocer o percibir conscientemente su trabajo, pero en realidad puede tener más significados, pues implica, en este contexto, junto al resto de exhortaciones de Pablo, algo más que simplemente ver lo que ellos están haciendo.

Porque unas palabras de apoyo y de ánimo hacia ellos son siempre buenas, pero también hay que colaborar en todo lo que se pueda con ellos, especialmente cuando solicitan esta colaboración. Pero también está la atención económica. El conocido pasaje bíblico “el obrero es digno de su salario”, aparece 3 veces en el Nuevo Testamento, y en dos de ellas, de boca del mismísimo Jesús (Mt 10:10 y Lc 10:7), la otra fue mencionada por Pablo en su primera carta pastoral a Timoteo (1 Ti 5:18). A ellos, al igual que a cualquiera de nosotros no les llueve el maná del cielo y han de atender gastos y obligaciones, como cualquiera de nosotros, y para eso están nuestros diezmos y ofrendas, que con gozo y responsabilidad aportamos todas las semanas.

Cuando Pablo habla de trabajar “entre vosotros”, se refiere a que los buenos siervos, están cerca de la gente, rodeados de la gente, no se atrincheran en la atalaya de un púlpito sino que se mezclan, y esto es una implicación personal, sobre todo, con los problemas de la gente. Esto, por supuesto puede ser una llamada de atención a los pastores (en general), a no refugiarse en el púlpito… recordemos, los pastores han de cuidar de sus ovejas.

Segundo, habla de que presiden, es decir, que van delante, que se colocan en lugar de cierta responsabilidad y prominencia, pero no para destacar de manera egocéntrica, sino ubicándose en un lugar de especial delicadeza, pues desde ahí recibirán la mayor parte de los golpes por su gestión y serán los que cuyo trabajo y vida personal se verá con mayor minuciosidad.

Y tercero, habla de que “os amonestan”, y es que cuentan con la autoridad que les confiere la Biblia, de la misma manera que siervos como Pablo, Timoteo, Tito, Silas, Bernabé, Apolos o los apóstoles tuvieron en algunas de las mayores iglesias de los primeros años del cristianismo ¿Qué habría sido de la Iglesia de Cristo si estos (u otros) siervos no hubieran hecho uso de la autoridad sobre sus congregaciones? Podemos ver  esta autoridad en las cartas pastorales, o en algunos escritos de Pablo, como a los Gálatas o a los Corintios (los cuales estamos estudiando los domingos a las 11). De no ser por esta disciplina la Iglesia habría estado descarriada y perdida.

Por último, Pablo exhorta a los tesalonicenses, y por extensión a toda la Iglesia de Cristo en el mundo, a tener a los siervos (como los pastores) en “mucha estima y amor por causa de su obra”, evidentemente si hemos de estimarlos por ser hermanos en la fe, aún más, por la dureza y responsabilidad de su trabajo (y recuerdo que no consiste en sólo predicar).

Puedes colaborar, reconocer y tener en gran estima a los que trabajan entre nosotros (sobre todo los pastores), y puedes hacerlo de muchas maneras. Sugiero una cosa ¿Qué tal si comienzas este apoyo, orando por ellos?

Santi Hernán

Enero: énfasis en el servicio

“Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.” 1 Corintios 12:4-6

A partir de ahora, todos los meses haremos un énfasis en una determinada cuestión diferente de la vida de la iglesia. Aunque pensamos en nuestra iglesia, también puede ser útil para cualquier iglesia de nuestro entorno cercano (Madrid, España), pero teniendo en cuenta que internet es un medio sin fronteras, estas informaciones pueden ser útiles para cualquiera de cualquier parte del mundo.

Este mes, y con la reunión de asamblea que tendremos el día 27 de enero, en mente, haremos énfasis en el servicio en la iglesia (aunque somos conscientes que muchas de las iglesias de nuestro entorno también celebrarán reuniones similares a la nuestra en esas mismas fechas).

Cuando pensamos en el servicio, es inevitable acordarnos de un pequeño grupo de servidores, a los que se les llama Diáconos. Los encontramos de forma oficial, por primera vez en Hechos 6:1-7 Estos diáconos, originalmente se dedicaban a servir a las mesas. La iglesia se reunía para adorar, para orar, para estudiar la Palabra, pero también para comer juntos, y los diáconos les servían. Con el paso del tiempo sus funciones se sofisticaron, y se extendieron, atendiendo a las diversas funciones y necesidades de la iglesia, de ahí que Pablo escribiera acerca de este asunto a los corintios (pasaje que encontramos más arriba). Pero como son necesarias tantas funciones es imprescindible que se implique a toda la iglesia. Recordad que la mies es mucha y los obreros son pocos.

Es bueno tener diáconos que coordinen el trabajo en la iglesia y que sean los primeros en servir, pero es mejor que éstos sean apoyados por el resto de la iglesia, no sólo con su voto o aprobación, o con palabras de ánimo (que siempre se agradecen), sino con su colaboración desinteresada. Si la iglesia entera, con todos sus miembros y con toda su congregación se implicara. Cada hermano o hermana, por supuesto, siempre en función de sus fuerzas, siempre conforme lo que el Señor le permita. Porque no es un pastor o un consejo de diáconos los principales encargados de ubicar a los siervos en el lugar que le corresponde, sino que es el Señor, en la persona del Espíritu Santo, repartiendo los dones como Él así ha dispuesto, el encargado de poner orden en la iglesia.

Cada cual es responsable de descubrir su don, desarrollarlo y ponerlo en funcionamiento. Por supuesto, los pastores y demás liderazgo de la iglesia, puede ayudar a orientar en el descubrimiento y puesta en funcionamiento de cada don. ¿Aún no sirves en tu área o en tu iglesia? ¿A qué esperas? ¡Ponlo en oración y pide que el Señor te guíe! Reflexiona y ponte a pensar dónde puedes ser más útil, piensa qué puede ser lo que haces con mayor gozo y con mayor pasión ¿Qué es lo que mejor se te da?. Luego, ofrécete a tu pastor o equipo pastoral, o al consejo y pregunta qué áreas faltan por cubrir o usa tu imaginación y habla con el liderazgo sobre abrir nuevas áreas que, a lo mejor puedan ser de buen testimonio para la iglesia y para el mundo. Créeme que en la iglesia no hay desempleo, y aunque no sea remunerado, el galardón del Señor puede ser aún mayor que cualquier tesoro en la tierra.

Santi Hernán

En esta navidad: ¡Conéctate!

“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” Juan 1:14

Últimamente, por navidad, hay algunos anunciantes que se han sumado a la tendencia de pedir a sus espectadores que desconecten (entiéndase los móviles) para reunirse (entiéndase de verdad) con la familia y amigos.

Es curioso que hagan estas campañas cuando por otro lado resulta que casi todas las compañías de telefonía aprovechan estas fechas para regalar megas, para que te conectes más. Entiendo que los anunciantes quieran mostrar buena cara, tratando de llegar al corazón de los espectadores, animando a la gente a estar con la familia, pero curiosamente muchos lo hacen a través de otra pantalla a la que mayores y niños están más enganchados, que es la del televisor, y que pocas familias apagan en la cena de nochebuena.

Yo, desde luego no estoy para decir que pantalla desconectar (si la de 5 o la de 40 pulgadas, o las dos), pero lo que sí que te voy a recomendar es que te conectes ¡Sí, conéctate! A Cristo.

Presta atención a lo que te digo: Quien realmente tomo la iniciativa en conectarse, en tomar contacto con nosotros, fue Dios. Nosotros hemos intentado por todos los medios alcanzarle, pero para llegar a alguien tan inmenso, puro y lleno de gloria, resulta imposible acercarse. No importa lo que hagas o hayas hecho o sin importar cualquier logro alcanzado, por grande o loable que fuera; o si te consideras buena persona o pasas el día fustigándote, tratando de echarte la culpa constantemente de tus pecados… ¡Da igual! Todo intento es vano ante el Dios creador del universo. Aunque algunos digan lo contrario, el cielo no se gana.

Por ello, y por querer reconciliarse con la humanidad, Dios tomó la iniciativa de venir a este mundo y se hizo como cualquiera de nosotros, de carne y hueso, sufriendo frío, calor, hambre, sed, cansancio, y más aún, naciendo como cualquiera de nosotros, del vientre de una madre, siendo un bebé indefenso… recordemos ¡El mismísimo Dios creador y soberano del universo!… envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Esto es lo que cuenta la verdadera historia de la Navidad, por si a alguien se le había olvidado. Y parece que hay gente que se ha olvidado de este grandioso milagro.

Un hermano de esta iglesia, Sidney, dijo hace poco esta frase: “La ciudad se llena de luces que no alumbran… no se ve ni al niño”. Y es cierto, esta sociedad ha tomado la Navidad, la ha llenado de parafernalia superficial (que si Papá Noel [o Santa Claus], los regalos, los adornos, las luces, los comercios a rebosar, los “reyes” magos, mil tradiciones populares, etc.), y han intentado “sepultar” con todo esto la imagen del niño. Pero aún hay esperanza, mientras haya personas dispuestas a buscar y a tratar de valorar en su justa medida lo ocurrido realmente en aquel día en Belén.

¿Y qué ocurrió aquel día? Lo tenemos registrado en los evangelios de Mateo (cap. 1 y 2) y Lucas (cap. 2), pero fue Juan, que en el evangelio que escribió, lo resumió de manera sublime en muy pocas palabras: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. […] Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” (Juan 1:1 y 14). Juan describe a Jesús en este sublime pasaje (recomiendo que se lea completo) como el “Verbo”, en el idioma original griego “Logos”, que tiene varios significados además de Verbo: Palabra, discurso, verdad, o lógica. Los griegos (para los que va dirigido este evangelio y con los cuales compartimos muchos aspectos de su pensamiento) llamaban “Logos”, en su máxima expresión a aquella lógica por la cual el mundo ha llegado a existir y por lo cual todo cobra sentido en la vida. ¡Decían esto sin haber conocido a Jesús! Con la palabra “Logos” en mente, hoy en día, muchos consideran a Dios una especie de fuerza cósmica impersonal.

Y Juan explica que esa fuerza, esta lógica, que ha creado todo el cosmos, no es algo impersonal y ajeno a nosotros, más bien lo contrario, se ha hecho uno de nosotros. Si alguna vez te has preguntado ¿Cómo podría ser Dios? Tienes la respuesta en el Hijo, es decir, en Jesucristo ¡Que es Dios mismo! El que estaba en el principio de todo, y antes del principio (que es eterno) y que celebramos que se ha acercado a nosotros y se ha implicado en la vida del hombre mortal.

Si cualquiera de nosotros, se “ausenta” en la cena de nochebuena porque está más pendiente del móvil o de la tele, y pedimos que “regrese” con nosotros, es porque nos gusta estar juntos, conversar juntos, comer juntos… Dios, lejos de estar ausente, ha bajado y ha conversado con nosotros, ha estado con nosotros, ha compartido mesa con nosotros, y ha ido más allá… nos ha servido con el servicio más grande que haya habido en la historia de la humanidad: Ha dado su vida por nosotros… para rescatarnos, para reconciliarse con nosotros y para que en el futuro, podamos estar juntos, con el mismísimo creador de todo, para siempre. ¿Aceptarás su invitación? Estas navidades conecta con tu familia, con tus amigos, hazlo como tú quieras… pero, sobre todo, ¡Conecta con Dios!

Os deseamos una muy feliz navidad y próspero 2019

Santi Hernán

Entre un buey y una mula

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2:5-8

Hablamos la semana pasada de villancicos, y hoy haré referencia a la frase de uno tradicional español como «Ay, del chiquirritín», en el que uno de los versos reza así: «Entre un buey y una mula, Dios ha nacido, y en un pobre pesebre lo han recogido».

Dejando de lado las recientes declaraciones, por escrito, del Papa Benedicto XVI, hoy hablaremos de animales en un establo (porque en un establo suele haberlos ¿no?), pero también de otros personajes… Eso sí, en forma de figuras. Y es que otra tradición típicamente navideña es poner el Belén, también conocido como Pesebre o Nacimiento.

¿Qué es el Belén? Una representación a pequeña escala de la historia de la navidad, árbol con figuras sobre un paisaje (o sin él), que no trata de ser exacta ni concisa, tanto en el tiempo como en el lugar y sus protagonistas (¿acaso alguien ha visto la escena real?).

¿Donde surge? Aunque lo veamos como una costumbre típicamente española, el primer Belén se montó en Italia, cuando San Francisco de Asís, decidió representar visualmente el nacimiento de nuestro Señor, en la cueva de Greccio, la nochebuena del año 1223, a sus feligreses, cuya inmensa mayoría no sabía leer, y mucho menos, iba a hacerlo en la única lengua en la que tenían escrita la Biblia, el latín. Eso sí, aquel primer “nacimiento” fue viviente, es decir, con personas reales y animales interpretando casi todas las escenas de este hecho. Contó además con el permiso del Papa vigente, Honorio III.

Este hecho dio lugar a un fenómeno que se extendió por toda Europa, la de representar nacimientos, que dio lugar al “presepe” italiano, “crèche” francés, o “krippe” alemán. En España, aterrizó esta moda, en el siglo XV, y hacia el XVI ya se hacían belenes con grandes estatuas de barro cocido o madera, situados principalmente en lugares de culto. Las agustinas de Murcia fueron las primeras promotoras de esta tradición. Un siglo más tarde, en el XVII, entraron los primeros belenes en las casas y surgieron distintas variaciones de tamaño, haciéndose figuras más pequeñas, hechas en barro. Los nobles competían entre sí por montar el belén más bello. Esta costumbre llegó fuerte a palacio, concretamente a la corte de Carlos III, que traía su entusiasmo por esta tradición de haberla copiado y practicado en Nápoles (Italia) y fue donde logró su mayor proyección, convirtiendo el belenismo en una tradición típicamente española.

Hoy día, ha llegado a popularizarse en prácticamente todo el mundo hispano, creándose una auténtica manifestación artística de hermosas representaciones, en la mayoría de colegios, locales de asociaciones, edificios institucionales, iglesias, casas particulares, etc, aportando además, algunos toques propios de la cultura en el lugar en la que se organiza cada pesebre. Y además, rescatando la idea de aquel presunto belén original de San Francisco de Asís, muchas localidades organizan su particular “Belén viviente” en estas fechas, con representaciones repartidas por los lugares más concurridos de pueblos, barrios y ciudades españolas y latinoamericanas.

Pero, como cada tradición, me pregunto ¿Qué sentido tiene todo esto? Para aquel pionero religioso, desde luego era una forma de compartir el evangelio, de una manera muy original, y nos enseña a usar nuestro ingenio y creatividad para hacer lo mismo (y no me limito a montar belenes vivientes, sino a compartir el evangelio con los demás, con creatividad). Pero además nos da a la idea de la forma en la que vino nuestro Señor.

Por muy bonito que se monte un belén, no olvidemos que Cristo, habiendo tenido todo en el cielo, ha cumplido las antiguas profecías con esta precaria y humilde forma de nacer en este mundo, se ha hecho siervo sufriente para demostrar su amor al mundo y rescatarlo para siempre. No olvidemos que Jesús, desde el principio, hasta el final de su vida en la tierra, fue ejemplo de humildad y de profundo amor.

Peces, campanas y tamborileros

“De repente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decían: -¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres de buena voluntad!” Lucas 2:13-14

2012-10-20 17.48.28

Seguimos con esta serie especial de adviento, sobre algunas de las tradiciones más populares de la navidad, esta vez hablaremos sobre los villancicos.

Durante siglos los villancicos han ambientado la navidad. Las tradicionales melodías con múltiples adaptaciones, de acuerdo a cada país, recuerdan año tras año el nacimiento de Jesús. En castellano la palabra villancicos deriva del término «canción de villa». En inglés en cambio, se les denomina «carols», que viene del francés caroler, que significa bailar haciendo ronda.

En España, especialmente en Castilla, los villancicos surgieron en el siglo XV. Se le daba este nombre a cantos compuestos por estribillos o coplas cuyo contenido no necesariamente era de carácter religioso. Tres siglos más tarde, comenzó a usarse este género para que el pueblo pudiera meditar sobre algunos episodios de la vida de Jesús. El villancico más antiguo, que registra la historia de la música es «Iesus Refulsit Omnium», (Jesús, luz de todas las naciones) data del siglo IV, y su letra se le atribuye a san Hilario de Poitiers.

El más conocido, en cambio es «Noche de paz». Su título original es «Stille nacht, heilige yach» y fue escrito, podría decirse «accidentalmente» por el sacerdote austriaco Joseph Mohr quien al ver que se había malogrado el órgano de su parroquia, la capilla de San Nicolás, ubicada en la pequeña población de Oberndorf, decidió escribir un canto que pudiera interpretarse con guitarra en la misa de gallo. Fue así como la navidad de 1818 se cantó por primera vez «Noche de Paz», actualmente traducido a 330 idiomas.

Otro de los cantos más conocidos en los países de habla inglesa es «Joy to the World» (Gozo al mundo, interpretado en castellano como “Al mundo paz”) escrito por Isaac Wats, inspirado en el salmo 98 («Cantad al Señor un cántico nuevo porque ha hecho maravillas») y cuya música se le atribuye a Federico Haendel, debido a que las partituras coinciden en varias partes del canto con su célebre obra «El Mesías».

Por su parte, en Italia el villancico más conocido es «Tu scendi dalle stelle» (Tu bajas de las estrellas), escrito por San Alfonso María de Ligorio. Mientras que en Francia está «Il est ne le divin enfat», «Ha nacido el divino niño», traducido al inglés en varias versiones.

En España los más conocidos son «Campanas de Belén» ó “El tamborilero”, mientras que en el sur del país está «Los Peces en el Río».

En Latinoamérica cada país tiene sus propios villancicos y diversas maneras de interpretar los cantos de navidad universales. En Argentina está «Vamos Pastorcitos» y el «Huachito Torito», en Venezuela «Mi burrito sabanero», en Perú «Llegaron ya», un canto a los reyes magos, en Panamá «Dime niño de quién eres». En Colombia, por su parte está «Tutaina tuturumaina» y en Honduras, «Caminando por Tegucigalpa». Son típicas de Ecuador las tradicionales posadas, un canto que cuenta cómo María y José buscan un lugar donde el niño Jesús pueda nacer.

Muchos de los villancicos hablan de elementos culturales de esta época del año y dejan de lado el nacimiento de Jesús: Cuando se habla de Navidad es la natividad de Jesús, no de otra cosa. Evidentemente todas estas cosas son sólo el acompañamiento y han hecho que muchas veces se pierda el sentido, incluso del mismo Papá Noel o del árbol, que tienen una razón de ser.

Y ese es el problema de los villancicos, al igual que muchas otras canciones, que no se cantan con el sentido que tienen porque no se reflexiona en su texto (en el caso de que tenga) y tampoco se canta pensando en lo que realmente significa la navidad, o si sencillamente alguno de sus textos tienen algo que ver con lo ocurrido en Belén, hace más de 2000 años. ¿Estamos adorando y dando testimonio también con nuestra música y nuestros cantos como aquel coro angelical que se presentó ante los pastores?

Los dulces días de adviento

“El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.” Isaías 9:2

Estamos en pleno tiempo de adviento.

Recuerdo que el adviento es este tiempo, normalmente de cuatro semanas, que preceden a la navidad. Su nombre deriva de “advenimiento”, es decir, “venida” y se comenzó a celebrar entre los cristianos europeos de los siglos IV y V, con el creciente interés por celebrar la navidad y la epifanía y sus días de preparación anteriores.

Como todas las tradiciones relacionadas con estos tiempos tan entrañables, están adornadas con muchos elementos, que sin ser imprescindibles, dotan a estas fiestas de un ambiente especial, anuncian que se acerca este tiempo que, sea para bien o para mal, no deja indiferente a nadie. Uno de esos elementos tradicionales de la navidad, o mejor dicho, del adviento de la navidad, es el popular calendario de adviento, que no es sino un adorno, que suele ser de forma cuadrada, hecho de cartón o madera, con 24 ventanitas, que representan los días que faltan para la nochebuena, que esconden cada una, un dulce o una pequeña porción de chocolate. Normalmente esta tradición está dirigida a los niños.

El calendario de Adviento tiene sus orígenes en el siglo XIX cuando las familias protestantes del centro de Europa colgaban 24 imágenes relacionadas a la Navidad como preparación para la celebración de esta fiesta. En algunos hogares, durante diciembre, se ponía una pajita por día en el nacimiento. Se dice que una pastora decidió hornear un pastel que dividió en 24 pedazos para que su hijo comiera uno cada día, en espera de la Navidad. Más tarde el muchacho, copropietario de una imprenta, decidió seguir la costumbre de su madre a través del primer “calendario de Navidad.” En 1908 se imprimió la primer versión del calendario de Adviento. Se trataba de 24 ilustraciones con motivos navideños que se cortaban y pegaban sobre una imagen de cartón. Unos 20 años más tarde, apareció en el mercado el primer calendario con puertas o ventanas que permitían ver una imagen diferente al abrirlas.

En 1958 salieron a la venta los primeros calendarios de Adviento de chocolate, que tienen una pequeña figura de chocolate por cada día de diciembre, para hacer más dulce la espera. Hoy en día, la mayoría de estos calendarios son de papel y tienen 24 ventanas que se abren al pasar los días, una por cada día de diciembre hasta llegar a la Nochebuena. En Alemania se venden cada año más de 30 millones de calendarios de Adviento rellenos de casi 2.400 toneladas de deliciosas sorpresas.

El caso es que estos calendarios nos muestran que este es un tiempo de espera. Pero de espera ¿Para qué? ¿Qué se está esperando?

La respuesta fácil es la navidad, pero ¿Sabemos que implica esta espera?

Para hacernos a la idea, la espera del nacimiento de este Cristo, no fue tan dulce como lo que se celebra hoy en día, el pueblo llano estaba sumido en una gran pobreza y opresión. Había una aristocracia poderosa y rica, que mantenía una tensa y forzada paz en cada una de las regiones del imperio, y los más desfavorecidos, que eran una gran mayoría, clamaban por la justicia y la libertad ¡Qué curioso! Algo semejante esta ocurriendo en estos días tan revueltos en la crisis. ¿Será que como aquel pueblo del primer siglo nosotros también clamamos por la justicia y la libertad?

El pueblo judío de la antigüedad conocía las profecías y se consolaba recordando al que vendrá. Nosotros también estamos esperando, a que este Mesías que vino una vez, vuelva de nuevo con poder y justicia. Mientras tanto, disfrutemos, celebremos y esperemos en estos días de preparación, sea cual sea tu situación, recuerda que celebramos la venida de la libertad definitiva, la esperanza del mundo, la luz que nos ilumina y nos guía.

Saboreemos pues un trozo diario de nuestra vida en Cristo disfrutando de su presencia y su consuelo y esperando en sus promesas. Pero también si lo deseas, disfruta también en estos días a tu salud, de un pedazo de dulce del calendario de adviento. ¡La navidad se acerca!

Noticias que no verás en la prensa diaria

“Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,  porque el reino de los cielos les pertenece.” Mateo 5:10

Noticias que no verás en la prensa diaria y que debemos tener en cuenta en nuestras oraciones.

En muchas partes del mundo, las congregaciones cristianas padecen persecución y muerte sólo por proclamar el evangelio de Cristo. Reunirse en una casa o simplemente llevar consigo una Biblia, puede significar el martirio para muchos cristianos. Noticias como las siguientes no aparecen en la prensa diaria, y ponemos éstas como muestra de lo que padecen nuestros hermanos. No podemos estar allí para ayudarlos, pero sí podemos interceder por ellos, para que el Señor muestre su poder en su medio y para que su sangre derramada, fertilice aquellas tierras y veamos allí también los frutos del Evangelio. Un buen tema para tener en cuenta en este próximo Adviento.

ABUJA, Nigeria (Associated Press / NoticiaCristiana.com) Turbas de jóvenes musulmanes, han quemado iglesias cristianas y casas, también han saqueado negocios de cristianos en el norte de Nigeria, esto ha ocurrido tras las recientes elecciones presidenciales.

El cadáver del sacerdote greco-ortodoxo, Fadi Jamil Haddad, párroco de la Iglesia de San Elías en Qatana, Siria, ha sido encontrado en un barrio al norte de Damasco. El clérigo fue secuestrado el 19 de octubre por cuatro hombres armados no identificados. Su cuerpo tenía signos de «increíble crueldad». Los secuestradores pedían 550.000 euros para su liberación suma que la familia no pudo reunir. Otro mártir cristiano.

Extremistas hindúes atacan a un pastor evangélico por predicar el evangelio: Dos hombres atacaron al pastor Lal Mani Prasad y a su familia, miembros de la iglesia Comunidad Emanuel, que desarrolla su obra en la zona de Narela, al norte de la capital india, Nueva Delhi, según han informado agencias misioneras. El pastor continúa ingresado por las lesiones internas que le provocaron al atacarle con objetos de acero, por los que tuvo que recibir 18 puntos de sutura en la cabeza.

Atentado suicida contra una iglesia en Nigeria deja 10 muertos: Un atentado con coche bomba perpetrado este domingo contra una iglesia católica en Kaduna provocó unos 10 muertos y 145 heridos en esta ciudad del norte de Nigeria, blanco de ataques del grupo islamista Boko Haram.

Asesinan a pastor y a su familia en su propia casa: El pastor Sami, su esposa y tres hijos fueron el blanco de la violencia en Siria, al ser atacados en su propio hogar, según denuncia la organización Misión de Ayuda Cristiana. «Un grupo de milicianos entró (en la casa) e hizo que todas las personas (que no eran de la familia) salieran. Luego mataron al pastor y a su familia. Así que ahora ya son aproximadamente once los cristianos que formaban parte del ministerio al que ayudamos y que han sido asesinados en esa región (al suroeste de Siria)», informó la oficina del Medio Oriente de Ayuda Cristiana.

Bombero cristiano es despedido por enviar correo electrónico con contenido evangelístico: El capitán de bomberos Jon Sprague, quien llevaba una trayectoria de 17 años como bombero, fue despedido el pasado miércoles por el Departamento de Bomberos de Spokane Valley en Washington por enviar correos electrónicos con contenido evangelístico a unos compañeros de trabajo. Sprague, quien había fundado hace dos años la “Fraternidad de Bomberos Cristianos del Condado de Spokane” asegura que él estaba simplemente utilizando el medio más eficaz para comunicarse con los miembros de su comunidad

“Si el mundo los aborrece, tengan presente que antes que a ustedes, me aborreció a mí. Si fueran del mundo, el mundo los querría como a los suyos. Pero ustedes no son del mundo, sino que yo los he escogido de entre el mundo. Por eso el mundo los aborrece. Recuerden lo que les dije: “Ningún siervo es más que su amo.” Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán. Si han obedecido mis enseñanzas, también obedecerán las de ustedes.  Los tratarán así por causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.” Juan 15:18-21.

“Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.” Juan 16:33.

Las comparaciones son odiosas

“Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos. Pero nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino conforme a la regla que Dios nos ha dado por medida, para llegar también hasta vosotros.” 2ª Corintios 10:12-13

Las comparaciones son odiosas, repugnantes y detestables.

Si yo quiero ser una persona desdichada solo tengo que dejar que las semillas de la comparación crezcan libremente dentro de mi. Creo personalmente que todos estamos infectados por este virus, estamos acostumbrados a compararlo todo: Los días, la música, la comida, los pisos, etc… y no está mal, lo peor es cuando se trata de personas.

La comparación aparece por lo menos en dos patrones:

Patrón n°1 Nos comparamos con otros ¡Cuántas veces nos comparamos con los que son superiores a nosotros y con los que son inferiores! Si somos tuertos y nos comparamos con los que tienen ojos nos deprimiremos, y nos sentiremos mejor si nos comparamos con una persona ciega. Como dijo alguien: «Entre los ciegos, el tuerto es el rey».

Seamos sinceros ¿No es verdad que nos sentimos bien cuando nos comparamos con alguien que es más pecador que nosotros? Un escritor dice: “Hay quienes necesitan ver pecar a otros para sentirse justificados ellos mismos” Esto es lo que hizo el fariseo orando: “Señor, te doy gracias que no soy como este publicano que es un gran pecador” Necesitaba sentirse bien y justificarse ante Dios comparándome con un cobrador de impuestos ladrón. En otras palabras, lo que hacemos es abandonar nuestra verdadera personalidad y cambiamos por una apariencia falsa, eso es en realidad odioso, con razón le dice Pablo a los Corintios “Ciertamente, no nos atrevemos a igualarnos o a compararnos con esos que se alaban a sí mismos. Pero ellos cometen una tontería al medirse con su propia medida y al compararse unos con otros.”  2 Co 10:12 (Versión Dios Habla Hoy).

Dijo Lutero: “No te apoyes en la obra de otro porque caerás en una falsa seguridad ¡Como si tuvieras que ser considerado bueno ante los ojos de Dios por el solo hecho de ser mejor que otro! De esta manera lo que haces es adjudicarte más méritos por la maldad de otro que los que obtienes por tus propias obras”.

¡Yo soy muy bueno, mejor que Felipe! ¡Yo soy muy malo, peor que Pedro! ¡Tonterías! A cada uno de nosotros Dios nos ha asignado una tarea personal, y somos como somos.

El segundo patrón es que no solo nos comparamos con otros sino que también comparamos a unas personas con otras

Esto es muy injusto y cruel, los niños son los que más sufren cuando los adultos bien intencionados ¡Fíjate en tu hermano, si él puede sacar buenas notas tu también puedes! ¡Fíjate en el niño del vecino, ya sabe nadar y tu no sabes! El padre está tratando de encender pero lo que hace es apagar el concepto de la personalidad.

Pero no sólo lo sufren los niños, la gente compara a los predicadores, los maestros, las creencias, las oraciones, los cultos, las canciones, las esposas, las madres, las familias y podríamos seguir la lista… y como no, comparamos el peso, la economía, los dolores, los placeres… ¡Toda comparación es odiosa!

¿Por qué no aceptar la gente tal y como es? ¿No nos acepta Dios tal y como somos? Nuestro Señor ha tenido el placer de crearnos a cada uno de nosotros diferentes. Si aceptamos esto, nos aceptaríamos los unos a los otros como Él nos acepta. Yo personalmente intento no caer en compararme con los demás ni comparar a unas personas con otras porque las comparaciones son odiosas.