Las JMJ y los grandes eventos cristianos

Con motivo de las famosas JMJ (Jornadas Mundiales de la Juventud) de este 2011, la ciudad de Madrid, buena parte de la región e incluso una parte importante del país, esta volcada en estos días con la visita del Papa Benedicto XVI. El despliegue en la capital esta siendo gigantesco, y son muchas las empresas e instituciones públicas o privadas, que aún en tiempos de crisis, hacen un esfuerzo por acoger a los posibles dos millones de peregrinos que vienen a ver al pontífice.

Este evento, como es lógico, ha levantado una gran polémica por su coste, su financiación o las declaraciones de partidarios y detractores de esta visita, entre otras muchas cosas.

No vamos a hablar de las cantidades exorbitantes que va a costar esta visita, ni queremos entrar en la polémica de quién lo va a pagar, pues es un tema del que ya se ha hablado mucho en la prensa generalista, y está muy candente en internet. Tampoco vamos a hablar acerca de si el estado esta realmente alineándose como un estado aconfesional, o si está promoviendo la igualdad religiosa en este país, porque en bastantes contradicciones ha incurrido en el pasado, y sigue incurriendo en la actualidad, mientras haya intereses de terceros de por medio. Y por supuesto tampoco hablaremos de la propia figura del Papa, porque como cristianos evangélicos, debemos de tener muy claro a quién debemos de acudir como único y verdadero mediador entre Dios y los hombres, que es Jesucristo (1ª Timoteo 2:5, Hechos 4:12), que conocemos su ejemplo (Filipenses 2:1-11), y en quién tenemos que tener depositada nuestra fe (2ª Timoteo 1:12).

Ahora bien, antes de criticar al gobierno, a las grandes empresas colaboradoras, o a la iglesia Católica Romana; deberíamos de aprender nosotros y hacer un poco de autocrítica ante estos eventos.

En la televisión se pueden ver imágenes de personas llegadas desde distintas partes de España y del mundo, para ver a Benedicto XVI, algunos preparan lo mejor de sí mismo para dárselo como ofrenda, como por ejemplo, un grupo de jóvenes realizando una trabajada coreografía dedicada al pontífice, otros que preparan todo tipo de cánticos, otros preparan dulces y también los hay que hacen y venden piezas de artesanía con la efigie del Papa.

Cuando los minoritarios evangélicos tenemos la oportunidad de juntarnos y proclamar entre todos el nombre de Cristo, es sobre todo, en eventos tales como la visita del predicador Luis Palau, u otros de gran renombre como Billy Graham años atrás. Resultó llamativo que cuando se organizó el pasado 2005 “Festimadrid”, la cabeza de cartel estuviera ocupada por el predicador argentino, a modo de reclamo, junto a artistas como Jose Luis Rodríguez “El Puma”, Yuri o Marcos Vidal, entre otros. Sabemos que muchos que asistieron a este evento lo hicieron para invitar a un amigo o familiar para que conozca de Cristo; pero no deja de dar que pensar, que se sigan llamando a ciertas personas como “señuelo” para darle un mayor impulso a un evento evangélico.

Ocurre mucho entre los jóvenes, se da más en América Latina, pero es muy creciente en España, esa costumbre de invitar a los Dante Gebel, Juan Luis Guerra, Marcos Witt o Jesús Adrián Romero de turno, por no hablar de algún futbolista o famoso convertido al evangelio, a alguna conferencia o retiro, para promover su asistencia. Y no hace falta irse a personas de fama a nivel mundial, sucede que muchos van a sus iglesias por ver y escuchar a su pastor, y si el pastor no está, no van. Es casi algo parecido a lo que está ocurriendo en estos días de JMJ. ¿Acaso no basta con el solo ánimo de adorar a Cristo para venir a estas actividades? ¿Acaso no será de igual bendición que predique un predicador reconocido a nivel internacional que un pastor local, que otro hermano de la iglesia? ¿La palabra que dará no será supuestamente la misma?

Volviendo al tema del inicio, la verdad es que tampoco es cuestión de ponerse en contra de la visita de ciertas personalidades evangélicas, sino que al igual que sucede con los cristianos católicos más fervientes, tenemos que aprender a tener puesta la mirada, no en los hombres, sino en el Señor (1ª Corintios 2:5).

Ahora, pregúntate cuando asistas a alguna de estas actividades con personalidades de renombre ¿A quién he venido a ver? ¿A esta persona o al Señor obrando en su pueblo? ¿A quién escucharé? ¿A quién adoraré? ¿Esta persona está mostrando con sus palabras y hechos la gloria de Dios o se está dejando ver a sí mismo demasiado?

Que de la misma manera que el salmista, nosotros tengamos muy claro, para quién es la gloria:

No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, 
    Sino a tu nombre da gloria, 
    Por tu misericordia, por tu verdad.Salmo 115:1

¡Hasta pronto Javi!

El pasado lunes, 13 de junio se nos fue definitivamente para descansar en los brazos del Señor, nuestro hermano, amigo y siervo fiel de Dios, Javier González Vara. Estuvo durante 3 meses enfermo de cáncer en el esófago y esta semana su cuerpo dijo basta con apenas 55 años de edad, su tiempo había culminado, el Señor le requirió en su presencia.

¿Por qué Javier fue tan especial? Por su carácter, por todo lo que hizo por y para el Señor y para su familia, pero sobre todo como lo hacía. A veces no importa cuantas cosas hagas, sino como las hagas, con qué sentimiento y cual es la razón de que las hagas. Javier nunca esperó nada a cambio de su servicio, no reprochó nada a nadie y nunca tuvo palabras malas contra nadie. Fue un siervo especial: Miembro de nuestra iglesia desde que se bautizó, allá por 1987, y colaborador incansable. Sus múltiples habilidades para el trabajo manual los puso al servicio de la iglesia desde el principio: Ayudó en la construcción de nuestro actual local en 1993, diseñó y construyó nuestro hermoso púlpito, un atril de madera, y buena parte de la guardería, la cocina, y casi todo el sistema eléctrico del templo. No sólo tenía habilidades manuales sino que además fue maestro, predicador, evangelista y esforzadísimo diácono. Dió un magnífico testimonio en el pueblo de Lozoya (en la sierra norte de Madrid), donde residía, desde que se trasladó a vivir allí siendo un niño. Un ejemplo y una gran referencia en todo el Valle del Lozoya, donde además trabajaba secularmente en el Canal de Isabel II.

En 1999 contrajo matrimonio con María Diaz y aunque nunca tuvo hijos naturales, dejó a toda la familia natural y espiritual muy huérfanos tras su marcha.

El título de este artículo no es una broma, ni una falsa ilusión. Como creyentes, estamos total y plenamente convencidos de que Javi ya está disfrutando de la eternidad con el Señor, que ya ha recibido la corona por haber acabado la carrera y haber servido tan fielmente, sin apartarse. Los que conocemos del Señor podemos estar muy seguros de que le volveremos a ver algún día. El día que el Señor quiera.

Desde estas lineas quiero enviar un fuerte abrazo y dedicar estas palabras a esta familia que él ha dejado, en el que yo mismo, que suscribo este artículo, estoy implicado como sobrino suyo que era.

Dedico estas hermosas palabras del apóstol Pablo que pueden ser igualmente las de Javier González:

He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” 2ª Timoteo 4:7-8

Responsabilidad ciudadana

“Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.”  Mateo 22:19-21

Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.” Romanos 13:1-2

 

De forma excepcional e impulsado por las circunstancias propias de la llamada “jornada de reflexión”, hoy adelantaré el texto del boletín del culto de mañana pues el tema a tratar es importante. Antes de nada, quisiera aclarar como ciudadano y creyente, que jamás pediré el voto para ningún partido político en concreto, ni estoy a favor de alinearme con ninguna facción política, pues eso no corresponde a un ciudadano del reino de Dios. Lo que pido es simplemente votar, pero con responsabilidad.

No quiero que se malinterprete este texto, no quiero mezclar los asuntos de Dios con la política, lo que quiero a través de estas lineas, es hacer un llamado a la responsabilidad, y eso sí es asunto de Dios, pues forma parte de nuestro testimonio  cristiano ante el mundo. Es posible que a muchos les importe poco la política, que les resulte un asunto aburrido, complicado e inútil, porque piensan que no somos nadie para esa clase política que nos gobierna y lo que pensemos les puede dar igual. Quizá haya algo de razón en todo esto, pero no olvidemos que vivimos en una democracia que ya quisieran para sí, los ciudadanos de muchos países extranjeros. Y es hora de comportarse como ciudadanos responsables y que participan de las decisiones que se toman en nuestra sociedad, con nuestro granito de arena, en forma de voto.

Soy consciente de que muchos de los que leéis esto, no sois de aquí, y por lo tanto es más que probable que no podáis participar de vuestro voto, pero ¿Acaso eso lo único que se puede hacer? Lo veremos más adelante.

Ahora es posible que os preguntéis ¿Qué tiene que ver la política con la vida espiritual de la que siempre hablamos en estas líneas? Bastante más de lo que parece. Jesús mismo nunca se mostró partidario de ninguna facción política, pero sí que respetó a sus gobernantes y les dio su correspondiente autoridad y lugar. El pasaje de Mateo 22:21 nos revela que nuestra vida espiritual y nuestra participación ciudadana no deben de estar reñidos, y mientras sigamos en este mundo, debemos de respetar a aquellos que nos gobiernan, darles el lugar que corresponde, eso sí, con Dios y su sabiduría siempre por encima de todo.

Y es a la sabiduría, a lo que precisamente hay que apelar en estos tiempos de constante cambio, a no votar tanto con el corazón, por tradición o por castigar al partido que queremos quitar de en medio, sino que hay que votar con cabeza, buscando la justicia, (que en el caso de los hombres es limitada, pero algo queda, y a ese algo hay que agarrarse) y sobre todas las cosas, pensando qué opción será la que más beneficie los intereses de nuestra verdadera patria: el Reino de Dios.

Comenté antes que la mejor manera de expresarse políticamente es ejerciendo el derecho a voto, pero como cristianos también tenemos la esperanza puesta muy por encima de los hombres, la tenemos en Dios y es a él a quién acudimos para buscar la excelencia y el buen hacer a la hora de manejarse en este mundo caído, para recibir la mejor dirección a la hora de tomar decisiones, sean grandes o parezcan insignificantes, nuestro rumbo lo marca nuestro Dios y su palabra. Sabemos de sobra que la inmensa mayoría de nuestros políticos y gobernantes no conocen de Dios y probablemente nunca se han interesado por conocerle, ni mucho menos se tratarían de acercar a él en oración; por eso, es nuestra responsabilidad el interceder por ellos. Para muchos puede resultar extraño el orar por alguien que no nos gusta, que quizá tenga unas ideas contrarias a la nuestra, pero es nuestro deber como ciudadanos de este mundo (mientras sigamos aquí) y del reino de los cielos, y es nuestra manera de reivindicar derechos y justicia para todos, ya que la justicia de Dios es la única perfecta que hay. Para la oración y la intercesión no hay barreras, no hay límites, gente de cualquier nacionalidad, sexo, raza o edad pueden ejercerla, y es un arma mucho más poderosa que cualquier campaña electoral, manifestaciones o mítines multitudinarios. Votemos con responsabilidad, pero también oremos, por nuestro alcalde o alcaldesa, nuestro presidente o presidenta regional y por nuestro gobierno nacional. El Reino de Dios debe influir sobre el Reino de España.

A modo de postdata quisiera dejaros los enlaces a dos artículos de muy recomendable lectura:

http://www.protestantedigital.com/ES/Blogs/articulo/2823/Indignados-terminar-la-transicion

http://www.protestantedigital.com/ES/Blogs/articulo/2819/Nuestra-responsabilidad-no-termina-con-el-voto

Santiago Hernán, Madrid a 21 de mayo de 2011

Semana Santa

Estamos en Semana Santa y celebramos algo muy importante: La Pasión de Cristo.

Pero no una pasión por querer que se le suba en forma de talla de madera y telas en un altar, no una pasión por acaparar el protagonismo en rituales, procesiones y cultos… sino una pasión por el Reino de Dios, por la Gloria de Dios y también pasión por las almas, nuestras almas rebeldes. Por causa de nuestra rebeldía fue que Dios hecho hombre, fue a la cruz cargando con todos ellos.

Una de las citas bíblicas que mejor definen esta pasión se puede hallar en la profecía, que Dios reveló a través de Isaías, en este conocidísimo pasaje:

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.” Isaías 53:3-12

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” Juan 3:16

Gracias a este sacrificio ¡Somos salvos!
¡GRACIAS SEÑOR. A TÍ SEA LA GLORIA Y LA HONRA POR SIEMPRE!

Oremos

Hacía mucho tiempo que no escribíamos nada aquí de algo tan importante como la oración.

Y es que la actualidad de nuestro entorno más cercano y de nuestro mundo, que parece que no deja de darnos malas noticias, nos obliga a arrodillarnos más que nunca. El pensamiento de hoy iba a ser diferente pues el domingo pasado celebramos el día de la Biblia, pero vistas las circunstancias, hoy os animamos a orar.

La oración es algo más que la herramienta de comunicación con Dios por excelencia, es una arma poderosa y eficaz en manos de aquellos que temen a Dios, como dice en Santiago 5:16b “… la oración eficaz del justo puede mucho.“. Hay mucha gente que padece, que sufre, que tiene necesidad y ha visto como su vida en pocos instantes ha sido arruinada, el consejo bíblico lo seguimos encontrando en esta misma epístola tan llena de sabiduría: “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración…” (Santiago 5:13a). Es por ello que os animamos a mantener esa constante comunicación con el Señor, que es bidireccional  y aunque muchas veces no lo veamos, o incluso nos resistimos a verlo: ¡Dios responde siempre en el momento preciso!

Por ello, sin entrar en detalles personales, queremos compartir con vosotros (seáis o no de nuestra iglesia) una breve lista de motivos de oración para que la tengáis en cuenta al ponerse en manos de Dios:

  • Queremos destacar la situación actual en Japón, que como muchos sabéis sufrió un gravísimo terremoto, seguido de un tsunami (olas de gran tamaño) que ha arrasado con pueblos, ciudades, hogares, infraestructuras, ha destruido parte de una central nuclear (con el consiguiente peligro actual de contaminación radiactiva en los alrededores) y sobre todo ha segado la vida de miles de sus ciudadanos.
  • No nos olvidemos de los disturbios y el caos en los que estan envueltos varios países del magreb y oriente medio como Libia, Túnez, Egipto, Yemen, Jordania o nuestra vecina Marruecos, que pronto pueda reestablecerse la paz y reine la justicia y la democracia en estos lugares, donde también hay mucha persecución a los cristianos.

Hay muchísimo más por lo que orar, estas son algunas las peticiones propuestas en nuestra iglesia:

Recordad que sobre todas las cosas esta la soberanía de Dios en nuestras vidas, que nos dará la auténtica paz en medio de un mundo caído, que cada vez está más cercano a su fin, cuando el Señor regrese. Pero hasta entonces “orad sin cesar” (1ª Tesalonicenses 5:17).

También aprovechamos para animaros a acudir todos los miércoles, a las 20:00 hrs. en nuestro local a celebrar nuestro culto de oración en compañía del resto de hermanos.

Mujeres trabajadoras, mujeres virtuosas

Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.

El corazón de su marido está en ella confiado,
Y no carecerá de ganancias.

Le da ella bien y no mal
Todos los días de su vida.

Busca lana y lino,
Y con voluntad trabaja con sus manos.

Es como nave de mercader;
Trae su pan de lejos.

Se levanta aun de noche
Y da comida a su familia
Y ración a sus criadas.

Considera la heredad, y la compra,
Y planta viña del fruto de sus manos.

Ciñe de fuerza sus lomos,
Y esfuerza sus brazos.

Ve que van bien sus negocios;
Su lámpara no se apaga de noche.

Aplica su mano al huso,
Y sus manos a la rueca.

Alarga su mano al pobre,
Y extiende sus manos al menesteroso.

No tiene temor de la nieve por su familia,
Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.

Ella se hace tapices;
De lino fino y púrpura es su vestido.

Su marido es conocido en las puertas,
Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.

Hace telas, y vende,
Y da cintas al mercader.

Fuerza y honor son su vestidura;
Y se ríe de lo por venir.

Abre su boca con sabiduría,
Y la ley de clemencia está en su lengua.

Considera los caminos de su casa,
Y no come el pan de balde.

Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada;
Y su marido también la alaba:

Muchas mujeres hicieron el bien;
Mas tú sobrepasas a todas.

Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.

Dadle del fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus hechos.

Elogio a la mujer virtuosa. Proverbios 31:10-31

Rebeca, Débora, Rut, Marta, María, Lidia, Priscila y un largo etcétera. Son ejemplos de mujeres trabajadoras que vivieron hace milenios, y que nos enseñan que desde entonces, la mujer ha tenido un papel vital en la historia, y han sido usadas por el Señor de manera tan sabia, como los hombres.

Lamentablemente ellas adquieron un papel secundario por culpa de la desigualdad, por culpa del machismo, por causa la injusticia y un muy mal entendido reparto de papeles en el hogar, pero han demostrado saber levantarse y gracias a su gran capacidad estan jugando un importantísimo papel en la sociedad, y por supuesto, en las iglesias:

Estas breves y sencillas palabras son para vosotras: Administrativas, amas de casa, directivas, ingenieras, científicas, doctoras, estudiantes, empresarias, conductoras, empleadas, madres, pastoras, diaconisas, misioneras… ¡Mujeres trabajadoras!

Los dos rescates

“Afligidos y encadenados, habitaban en las más densas tinieblas
por haberse rebelado contra las palabras de Dios, por menospreciar los designios del Altísimo.” Salmo 107:10-11 (NVI).

Durante los pasados 70 días hemos asistido prácticamente al segundo, en directo y en tiempo real, al rescate de los 33 mineros de la mina San José en el desierto de Atacama en Chile, atrapados a 700 metros bajo tierra. Miles de periodistas nos han informado por la prensa, la radio y la televisión, de todos los pormenores del tremendo y costoso esfuerzo realizado para rescatarlos de las profundas tinieblas del abismo, gracias a Dios con éxito. Según las estimaciones, unos mil millones de espectadores han vivido momentos de angustia, cuando se temía por la muerte de todos ellos; después, llegó la esperanza: estaban vivos y esperaban ser rescatados. Por último, después del esfuerzo y los medios desplegados, el júbilo por el rescate de todos ellos. Se ha hablado de un “nuevo nacimiento”, una “nueva vida”; y algunas otras expresiones semejantes. Los miles de testigos: familiares, amigos, periodistas y los millones que asistieron al rescate por los distintos medios, lanzaron un suspiro de alivio y gratitud por las vidas rescatadas. Cada uno de los rescatados salió de la cápsula “Fénix” con una camisa que en el frente decía “Gracias Señor”; y en la parte trasera se leía “De Él serán la gloria y la honra”, así como la cita del Salmo 95:4, “Porque en Su mano están las profundidades de la tierra, Y las alturas de los montes son suyas”. Las camisas fueron donadas por el hermano del minero José Henríquez, quien es cristiano evangélico y ha sido una especie de guía espiritual para los demás. La idea surgió después que el hermano de Henríquez, también creyente, escuchó una prédica de su pastor sobre el pasaje del Salmo 95.

Hace mucho tiempo se produjo un rescate semejante. Aquella vez se rescataba a millones que estaban sumido en profundas tinieblas. El costo de aquel rescate fue muy alto, aunque sólo uno fue quien lo efectuó con un instrumento muy tosco. No tuvo que penetrar las profundidades de la tierra; sólo fue levantado sobre una cruz de madera, fijado a ella con varios clavos. Había espectadores, pero en vez de exclamaciones de júbilo, se escuchaban insultos y maldiciones; aunque algunos lloraban por lo que estaba ocurriendo.

¿Qué se hubiera pensado si al llegar la cápsula de rescate los mineros la hubieran rechazado, negándose a ser rescatados? Puede imaginarse que lo menos que se diría es que eran unos necios. Sin embargo, aunque el rescate efectuado hace tanto tiempo ofrece un verdadero nuevo nacimiento y una vida nueva y perdurable, muchos lo rechazan, prefiriendo permanecer en la profundidad de las tinieblas.

El rescate de los mineros ha terminado felizmente porque aceptaron subir a la cápsula que los llevaría de nuevo a casa. También puede terminar felizmente el rescate ofrecido por Jesús hace unos dos mil años. Sólo basta que subas a la “cápsula de rescate”, aceptando su sacrificio hecho por ti y para ti.

“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” Juan 3:16 (NVI)
Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto.” 1 Pedro 1:18-19 (NVI)

Un Dios que incomoda

Dice el necio en su corazón: «No hay Dios».
Se han corrompido e hicieron abominable maldad;
¡no hay quien haga el bien!

Dios, desde los cielos, miró sobre los hijos de los hombres,
para ver si había algún entendido que buscara a Dios.

Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido;
no hay quien haga el bien, no hay ni aun uno.

¿No tienen conocimiento todos los que hacen lo malo,
que devoran a mi pueblo como si comieran pan y a Dios no invocan?

Salmos 53: 1-4.


Hace algún tiempo un amigo que vive en Estados Unidos, me envió un correo electrónico en el que se exhortaba a los ciudadanos del país a rechazar las nuevas monedas de un Dólar, recientemente acuñadas y puestas en circulación. La razón para hacer esto es que en estas nuevas monedas no aparece la famosa leyenda “In God we trust” (Confiamos en Dios).

Otro amigo, también residente en los Estados Unidos, me manda algún tiempo después, otro mensaje electrónico. Esta vez se trataba de una campaña para no comprar los nuevos botes de Pesi Cola, allí llamados “patrióticos” pues llevan una foto del Empire State Building de Nueva York y además el texto del “Compromiso de Fidelidad” con la Patria. ¿Y por qué la campaña? Porque del texto del Compromiso se había eliminado la frase; “Under God” (bajo Dios). La razón que daba la empresa para omitirla era su deseo de… ¡no ofender a nadie!

De esto, que parece una sinrazón en el país cuna de la Democracia moderna y de una arraigada tradición cristiana evangélica o protestante, también tenemos ejemplos en esta “Vieja Europa”. Muchos europeos se opusieron al Proyecto de Constitución Europea, afortunadamente rechazado, debido que en su texto se omitía alguna referencia a las raíces cristianas de la cultura europea. Aquí mismo, en España, hemos visto iniciativas para eliminar la confección de “Belenes” en las escuelas durante la celebración de la Navidad, pues a ellas asisten niños de otras culturas y de diferente religión. Ni que decir de la controversia surgida a causa de la promesa o juramento de fidelidad de los cargos públicos ante una Biblia.

Al mismo tiempo que observamos estas cosas, apreciamos un empeoramiento de la vida social: disolución de la familia y violencia hacia la pareja, los ancianos y los niños, intentos de sustituir la familia por sucedáneos estériles, la adicción al alcohol y las drogas estupefacientes, inmoralidad y falta de honestidad en las relaciones humanas, y un muy largo etc.

Este es un muy antiguo asunto que ha perdurado por miles de años. En su carta a los Romanos, el apóstol Pablo escribe:

…porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó:

Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hecha. Por lo tanto, no tienen excusa, ya que, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias. Al contrario, se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Pretendiendo ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes de hombres corruptibles, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual, también los entregó Dios a la inmundicia, en los apetitos de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aun sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. Del mismo modo también los hombres, dejando la relación natural con la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Como ellos no quisieron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para hacer cosas que no deben.

Romanos 1: 19-28.

He ahí la causa de todos nuestros males, de los cuales no hacemos más que quejarnos y no procuramos la medicina para una cura radical de los mismos. Pero hay esperanza. Dios mismo no quiere que tal sea la situación del hombre y la sociedad y ofrece la solución:

…si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.

II Crónicas 7:14

¡He ahí la solución! La tierra será sanada si nos volvemos a ese Dios que a tantos ofende. ¿Y por qué ofende? Porque queremos ser absolutamente libres, no dar cuentas a nadie de lo que hacemos, y ya vemos la consecuencias. Esa es una falsa libertad que en realidad esclaviza y destruye al hombre y a la Creación.

Fiesta de Pentecostés

Cuando llegó el día de Pentecostés estaban todos unánimes juntos. De repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablaran.

Vivían entonces en Jerusalén judíos piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Al oír este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban atónitos y admirados, diciendo:

—Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, los oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto y Asia, Frigia y Panfilia, Egipto y las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, los oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.

Estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros:

—¿Qué quiere decir esto?

Pero otros, burlándose, decían:

—Están borrachos.

Hechos 2:1-13.

El próximo domingo 11 de mayo, el mundo cristiano celebra la Fiesta de Pentecostés. ¿Cómo se origina esta fiesta? ¿Qué recuerda y representa? Veamos:

El origen de la fiesta de Pentecostés es muy antiguo. En Lv. 23.16 la LXX lee ‘cincuenta días’, con referencia al número de días desde la ofrenda de la gavilla de cebada al comienzo de la pascua. En el quincuagésimo día se celebraba la fiesta de Pentecostés. Como el tiempo que pasaba era de siete semanas, se la llamaba también ‘fiesta de las semanas’ (Ex. 34.22; Dt. 16.10). Señala la culminación de la cosecha de la cebada, que comenzaba cuando se aplicaba la hoz al cereal por primera vez (Dt. 16.9), y cuando la gavilla era mecida “el día siguiente del día de reposo” (Lv. 23.11). También se la llama ‘fiesta de la siega’, y ‘día de las primicias’ (Ex. 23.16; Nm. 28.26). La fiesta no está limitada a la época del Pentateuco, sino que su cumplimiento se menciona en los días de Salomón (2 Cr. 8.13), como la segunda de las tres grandes fiestas anuales (cf. Dt. 16.16) en que todo varón de los israelitas debía presentarse en el santuario (Lv. 23.21). Como día de gozo (Dt. 16.16) resulta evidente que en él el israelita devoto expresaba gratitud por las bendiciones de la cosecha de granos, y experimentaba en su corazón el temor del Señor (Jer. 5.24). Pero se trataba de las acciones de gracias y el temor de un pueblo redimido, porque al servicio no le faltaban las ofrendas por el pecado y por la paz, y constituía, más aun, recordación de la liberación de Egipto (Dt. 16.12) como pueblo del pacto (Lv. 23.22). La base de aceptación de la ofrenda presupone la remoción del pecado y la reconciliación con Dios.

En el libro de los Hechos de los Apóstoles, se narra un acontecimiento singular en ocasión de la celebración de la fiesta de Pentecostés. Unos días antes, el Señor Jesús, justo antes de ascender al Padre, les recomendó a los discípulos “esperar el cumplimiento de la promesa”, y les anunció que “recibirían poder cuando viniera sobre ellos el Espíritu Santo”. Al llegar el día, estaban reunidos todos, unos 120 según la narración; aunque en la iconografía clásica del hecho se representan solamente a los Doce y a María, la madre del Señor. Lo allí ocurrido es bien conocido: las lenguas de fuego repartidas sobre cada uno de ellos, que fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas; no extrañas, sino reconocibles por todos los que observaban y que procedían del todo el mundo romanizado. Todos ellos entendían lo que aquellos discípulos decían. A pesar de aquello, los descartaron porque “estaban borrachos”.

Como en la antigua fiesta judía, este Pentecostés cristiano es el comienzo de la cosecha. En esa fecha nace la Iglesia a su Misión: “me seréis testigos”. Al celebrar un nuevo aniversario del nacimiento del la Misión de la Iglesia, debemos renovar nuestro compromiso personal. Hoy como entonces, “los campos están blancos para la siega” y “los obreros son pocos”. Pidamos, mus especialmente, “que el Señor envíe obreros a su mies”.

Que Él os bendiga hoy y siempre.

Ilustración: Pentecostés, El Greco.

¿Justicia?

Dios se levanta en la reunión de los dioses;
en medio de los dioses juzga.

¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente
y haréis acepción de personas con los impíos? Selah

Defended al débil y al huérfano;
haced justicia al afligido y al menesteroso,

librad al afligido y al necesitado;
¡libradlo de manos de los impíos!

Salmo 82:1-4.

Recientemente hemos sido testigos de toda una serie de decisiones judiciales que nos han hecho pensar mucho en la situación de la justicia humana en nuestros días. La lista sería muy larga, pero mencionaremos sólo algunos casos, quizás los más escandalosos.

Después de varios años sin ejecutar la sentencia firme de cárcel por un delito de estafa, el Tribunal Constitucional exime a “los Alberto” de entrar en prisión por haber prescrito su delito. Muchos de sus socios sufrieron la estafa de millones de euros que nunca se devolvieron.

Un chico condenado hace varios años por robar para comprar droga, cuya sentencia tampoco se ejecutó durante mucho tiempo, fue internado en la cárcel a pesar de que en ese momento trabajaba, se había casado y creado una familia y sus vecinos, incluso el alcalde de su pueblo, expresaban que el mismo había abandonado la droga y se había rehabilitado totalmente. Actualmente se sigue solicitando su indulto, petición que no ha sido escuchada.

Tres “drag queens” y una chica “gogó”, condenados a 12 años de prisión por haber violado a un chico de 18 años, salen de la cárcel después de sólo cuatro meses de internamiento.

Quizás el caso más doloroso y que ha conmocionado a todo el país: un pederasta condenado por la violación de su propia hija de cinco años y abusos a otras chicas adolescentes, estaba en libertad por no haberse ejecutado la sentencia. En tales circunstancias intenta abusar y asesina a Mari Luz Cortés, de cinco años de edad, ocultando su cadáver ayudado por su esposa, el cual se encuentra dos meses después de la desaparición de la niña.

Hay muchos casos semejantes más, pero como muestra, suficiente.

¿No tiene razón el salmista en su alegato cuando observamos que miles de años después de haberse escrito, se sigue haciendo “acepción de personas con los impíos” y no se defiende “al débil y al huérfano” y no se hace “justicia al afligido y al menesteroso”?

La Palabra de Dios es válida para entonces y para hoy. Busquemos y hagamos siempre la verdadera justicia, la que procede de nuestro Padre Dios.

Continuaremos hablando sobre la aplicación de su Palabra a los asuntos de nuestra actualidad.