Brevísima historia de la Música en el Culto Cristiano I

“Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra”.
Desde su mismo nacimiento, la iglesia ha usado la música en su adoración a Dios y la alabanza a Jesucristo. Esto es evidente tanto en los Evangelios, como en el resto de los textos del Nuevo Testamento. Tan importante ha sido la música en el culto cristiano, que Agustín, obispo de Hipona (354–430 D.C.), llegó a decir que “…la iglesia que canta, ora dos veces”.
Para comprender la importancia de la música en el culto cristiano, tendremos que ver los antecedentes de la misma Iglesia y, puesto que los primeros cristianos fueron judíos, debemos considerar, aunque muy brevemente, la música en el culto judío. Para ello nos valdremos del testimonio bíblico en el Antiguo Testamento.

La música en el culto judío.

Las primeras menciones de cantos en la Biblia, aparecen en el libro del Éxodo. Justo después de cruzar el Mar Rojo huyendo del ejército egipcio, aparecen dos cánticos: el de Moisés; y el de su hermana Miriam. Son cantos de alabanza a Dios por la grandeza de su obra de liberación de Israel del yugo egipcio. Más adelante aparece otro cántico de Moisés. Esta vez exhorta al pueblo a obedecer la Ley de Dios, y les recuerda todas las veces que no lo hicieron, a pesar de la bondad de Dios hacia ellos.
No tenemos más referencias al uso del canto hasta el tiempo de los Jueces, cuando Débora alaba a Dios por la victoria sobre Sísara y su ejército. También se narra como la hija de Jefté sale a recibir a su padre victorioso con “…panderos y danza”. Después hay que esperar hasta los tiempos de David para encontrar nuevas referencias al uso de la música y el canto en la alabanza a Dios.

El Rey David

El cantor por excelencia en el Antiguo Testamento es David. Músico y compositor de innumerables Salmos, gran parte de los cuales son composición suya.

Claramente puede verse la importancia que se le dio a la música en la adoración del pueblo de Israel. Es en los pasajes donde se narra como David hizo para llevar el Arca a Jerusalén y los preparativos para la construcción del Templo en Jerusalén. Es notable la minuciosidad con que se escogen las personas que se ocuparían de los distintos ministerios en el mismo.

(Continuará).

El Himno:

En cada entrega de esta sección, incluiremos un himno para el disfrute y uso en la adoración personal. Comenzamos con uno de los himnos más utilizados en la iglesia y fuera de ella; interpretado por multitud de artistas y usado en muchas películas y series de televisión. Que lo disfruten.

Gracia Admirable.

John Newton (1725-1807); Traducido por George P. Simmonds (1890-1991).

John Newton nació en Londres el año 1725. Su padre fue un capitán de barcos. Su  madre, una devota mujer que, consciente de que la enfermedad  que la  aquejaba pronto  acabaría con su vida, enseño a su hijo a conocer  la  Biblia a muy temprana edad. Cuando John tenía 7 años, su madre murió y  él  se hizo niño de camarote de un barco pesquero. Sufrió duras experiencias durante los años en el mar. Una vez fue  embriagado y forzado a formar parte de tripulación de un Barco de  Guerra en el que fue tratado cruelmente. Más tarde se enroló en un barco de  esclavos, llegando a ser el capitán del mismo, llegando a ser uno de los  más temibles y despreciables traficantes negreros. Después de varios años, dejó esa deleznable ocupación y se entregó al ministerio. Con el tiempo llegó a ser un clérigo anglicano. Sublime Gracia es en realidad la historia y testimonio de su vida. Además de su labor pastoral, Newton luchó denodadamente junto a William Wilberforce, un político ingles, a favor de la abolición de la esclavitud en el Imperio Británico, hecho que se concretó en 1833, merced al trabajo de estos hombres.

La vida de Newton es un ejemplo de como la Gracia Admirable de Dios, por medio de Jesucristo, puede transformar la vida de un esclavista en la de un luchador contra la esclavitud. Quizás sea por eso que este himno es tan popular, pues es un testimonio del poder transformador de esa gracia.

A los cuatro años, George P. Simmonds ya cantaba himnos con gran devoción y entusiasmo. Cuando tenía diez años sintió el llamado a ser misionero. Conservó su amor al Señor y por la música a lo largo de toda su vida. Tan es así, que después de cumplir los cien años de edad aún cantaba solos en grandes reuniones, y por televisión. Junto a su esposa, Nessie, sirvió como misionero en el Ecuador; exploró el área del Amazonas y cruzó el continente. Colaboró en la compilación de “Himnos de la Vida Cristiana” y trabajó con las Sociedades Bíblicas en varios países sudamericanos, sirviendo posteriormente en iglesias hispanas en los Estados Unidos de América. Tradujo unos 800 himnos y cantos corales, entre ellos, «Gracia Admirable», «Amazing Grace» en inglés; que pueden escuchar en el siguiente vídeo.

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Hasta la próxima, que Dios te bendiga.

¿Es Dios creíble en el siglo XXI?

¿Es Dios creíble en el siglo XXI?

¿Es Dios creíble hoy, en pleno siglo XXI, un siglo con más sombras que luces? Dios es creíble. No son creíbles las imágenes que nos ofrecen de El.

No es creíble la pintura del viejo con pelo blanco y barbas blancas, el Dios de catecismos antiguos.

No es creíble la imagen de un Dios indefinido. “Creo que ha de haber algo”. Ese algo no nos vale. Dios es alguien, un ser concreto.

No es creíble el Dios de los filósofos y de los sabios, que lo reduces a simples razonamientos de la mente.

No es creíble el Dios momia. Ese prestigioso cadáver que proclamaron Nietzche, Sartre y otros.

No es creíble el Dios a quien quiere reducir entre las nubes del cielo, para alejarlo de los problemas de la tierra.

No es creíble el Dios vengador de las litografías, que hace hervir a las personas en calderas de aceite infernal.

No es creíble el Dios sentimental de los poetas, que lo utilizan sólo como motivo para sus versos.

No es creíble el Dios de las religiones. Ese Dios que cada religión entroniza en su templo y lo pone a pelear con el Dios de la religión del vecino.

Es creíble el Dios que se revela en las páginas de la Biblia.

El Creador se hace visible en su creación. El primer versículo de la Biblia presenta a Dios como Creador, y por lo tanto, existente. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1).

El autor bíblico no se plantea la existencia de Dios. No especula, la da por sabida.

A lo largo de los siglos la mente del hombre ha formulado a este texto preguntas muy concretas:

  • ¿De dónde salió Dios? ¿De la nada? ¿Qué es la nada? ¿Algo que existía independientemente de Dios?
  • ¿Por qué empezó a crear el universo? ¿Qué le llevó a ello? ¿Se sentía sólo? ¿Soñaba con un mundo material y con una tierra habitada por seres humanos?
  • ¿A dónde se dirigió Dios? Si nada había, ¿cuál fue el escenario de su primera actividad creadora? ¿Hizo su aparición en un lugar que luego sería conocido como la región de los ríos Eufrates y Tigris?

En el siglo XVI Miguel Ángel pintó en el techo de la capilla Sixtina, en el Vaticano, la aparición de Dios, el principio de su obra creadora. Pero toda vez que Dios no tiene forma material, ¿cómo fue esa aparición?

  • ¿Qué era Dios?
  • ¿Quién era Dios?
  • ¿Cómo era Dios?

A esas preguntas caben cuatro tipos de respuestas:

  • La respuesta de la filosofía: De la nada, nada puede salir. Dios no existe.
  • La respuesta de la ciencia: El mundo puede explicarse perfectamente sin Dios. Dios no existe
  • La respuesta de la Biblia: “Yo soy el que soy” (Éxodo 3:14)
  • La respuesta de la experiencia religiosa: “Yo sé en quién he creído” (2ª Timoteo 1:12). Es el argumento definitivo e irrebatible contra todos aquellos que dudan o niegan la existencia de Dios: “Yo era ciego y ahora veo” . La razón topa con el sentimiento. Dios existe porque lo siento, lo vivo, sus movimientos se desarrollan en mí, su fuego me quema, su palabra me habla, su amor me arrebata, su presencia me da seguridad, desde su altura desciende a mi insignificancia, cuando estoy perdido me encuentra, cuando enloquezco me devuelve la razón, cuando me siento hundido me rescata del polvo y me eleva a alturas de felicidad. Por eso se que existe.

Los dioses inventados por los hombres no son creíbles. El Dios de la Biblia, el Dios Padre, sí porque es un Ser real. Sus huellas en la tierra nos llevan a El.

El gran compositor valenciano Joaquín Rodrigo, uno de los grandes músicos de nuestros tiempos, a pesar de haber nacido ciego, dijo en una entrevista al escritor José Maria Gironella: “El mundo es infinito. El universo es infinito. Ninguna conquista cambiará nada sustancial. Cuantos más secretos el hombre, en su evolución ascendente, consiga dominar, más motivos concretos tendrá para admirar la omnipotencia de Dios”.

¡Esto lo dice un ciego! ¡Qué luz tan penetrante la suya!

Pasolini fue un gran intelectual y realizador de cine, a quien mataron en un encuentro entre homosexuales.

Una de sus películas más controvertidas fue “Teorema”. Y una de las imágenes más impactantes de la película es cuando el rico industrial corre desnudo por un desierto de cenizas. Lanza un grito final, casi inhumano. Pero el grito no encuentra eco.

Si jubilamos a Dios por viejo, porque lo necesitamos, porque no encaja en estos tiempos, sólo nos queda eso:

El desierto solitario.

El grito del alma.

 

Un Dios que incomoda

Dice el necio en su corazón: «No hay Dios».
Se han corrompido e hicieron abominable maldad;
¡no hay quien haga el bien!

Dios, desde los cielos, miró sobre los hijos de los hombres,
para ver si había algún entendido que buscara a Dios.

Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido;
no hay quien haga el bien, no hay ni aun uno.

¿No tienen conocimiento todos los que hacen lo malo,
que devoran a mi pueblo como si comieran pan y a Dios no invocan?

Salmos 53: 1-4.


Hace algún tiempo un amigo que vive en Estados Unidos, me envió un correo electrónico en el que se exhortaba a los ciudadanos del país a rechazar las nuevas monedas de un Dólar, recientemente acuñadas y puestas en circulación. La razón para hacer esto es que en estas nuevas monedas no aparece la famosa leyenda “In God we trust” (Confiamos en Dios).

Otro amigo, también residente en los Estados Unidos, me manda algún tiempo después, otro mensaje electrónico. Esta vez se trataba de una campaña para no comprar los nuevos botes de Pesi Cola, allí llamados “patrióticos” pues llevan una foto del Empire State Building de Nueva York y además el texto del “Compromiso de Fidelidad” con la Patria. ¿Y por qué la campaña? Porque del texto del Compromiso se había eliminado la frase; “Under God” (bajo Dios). La razón que daba la empresa para omitirla era su deseo de… ¡no ofender a nadie!

De esto, que parece una sinrazón en el país cuna de la Democracia moderna y de una arraigada tradición cristiana evangélica o protestante, también tenemos ejemplos en esta “Vieja Europa”. Muchos europeos se opusieron al Proyecto de Constitución Europea, afortunadamente rechazado, debido que en su texto se omitía alguna referencia a las raíces cristianas de la cultura europea. Aquí mismo, en España, hemos visto iniciativas para eliminar la confección de “Belenes” en las escuelas durante la celebración de la Navidad, pues a ellas asisten niños de otras culturas y de diferente religión. Ni que decir de la controversia surgida a causa de la promesa o juramento de fidelidad de los cargos públicos ante una Biblia.

Al mismo tiempo que observamos estas cosas, apreciamos un empeoramiento de la vida social: disolución de la familia y violencia hacia la pareja, los ancianos y los niños, intentos de sustituir la familia por sucedáneos estériles, la adicción al alcohol y las drogas estupefacientes, inmoralidad y falta de honestidad en las relaciones humanas, y un muy largo etc.

Este es un muy antiguo asunto que ha perdurado por miles de años. En su carta a los Romanos, el apóstol Pablo escribe:

…porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó:

Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hecha. Por lo tanto, no tienen excusa, ya que, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias. Al contrario, se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Pretendiendo ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes de hombres corruptibles, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual, también los entregó Dios a la inmundicia, en los apetitos de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aun sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. Del mismo modo también los hombres, dejando la relación natural con la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Como ellos no quisieron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para hacer cosas que no deben.

Romanos 1: 19-28.

He ahí la causa de todos nuestros males, de los cuales no hacemos más que quejarnos y no procuramos la medicina para una cura radical de los mismos. Pero hay esperanza. Dios mismo no quiere que tal sea la situación del hombre y la sociedad y ofrece la solución:

…si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.

II Crónicas 7:14

¡He ahí la solución! La tierra será sanada si nos volvemos a ese Dios que a tantos ofende. ¿Y por qué ofende? Porque queremos ser absolutamente libres, no dar cuentas a nadie de lo que hacemos, y ya vemos la consecuencias. Esa es una falsa libertad que en realidad esclaviza y destruye al hombre y a la Creación.

Fiesta de Pentecostés

Cuando llegó el día de Pentecostés estaban todos unánimes juntos. De repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablaran.

Vivían entonces en Jerusalén judíos piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Al oír este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban atónitos y admirados, diciendo:

—Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, los oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto y Asia, Frigia y Panfilia, Egipto y las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, los oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.

Estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros:

—¿Qué quiere decir esto?

Pero otros, burlándose, decían:

—Están borrachos.

Hechos 2:1-13.

El próximo domingo 11 de mayo, el mundo cristiano celebra la Fiesta de Pentecostés. ¿Cómo se origina esta fiesta? ¿Qué recuerda y representa? Veamos:

El origen de la fiesta de Pentecostés es muy antiguo. En Lv. 23.16 la LXX lee ‘cincuenta días’, con referencia al número de días desde la ofrenda de la gavilla de cebada al comienzo de la pascua. En el quincuagésimo día se celebraba la fiesta de Pentecostés. Como el tiempo que pasaba era de siete semanas, se la llamaba también ‘fiesta de las semanas’ (Ex. 34.22; Dt. 16.10). Señala la culminación de la cosecha de la cebada, que comenzaba cuando se aplicaba la hoz al cereal por primera vez (Dt. 16.9), y cuando la gavilla era mecida “el día siguiente del día de reposo” (Lv. 23.11). También se la llama ‘fiesta de la siega’, y ‘día de las primicias’ (Ex. 23.16; Nm. 28.26). La fiesta no está limitada a la época del Pentateuco, sino que su cumplimiento se menciona en los días de Salomón (2 Cr. 8.13), como la segunda de las tres grandes fiestas anuales (cf. Dt. 16.16) en que todo varón de los israelitas debía presentarse en el santuario (Lv. 23.21). Como día de gozo (Dt. 16.16) resulta evidente que en él el israelita devoto expresaba gratitud por las bendiciones de la cosecha de granos, y experimentaba en su corazón el temor del Señor (Jer. 5.24). Pero se trataba de las acciones de gracias y el temor de un pueblo redimido, porque al servicio no le faltaban las ofrendas por el pecado y por la paz, y constituía, más aun, recordación de la liberación de Egipto (Dt. 16.12) como pueblo del pacto (Lv. 23.22). La base de aceptación de la ofrenda presupone la remoción del pecado y la reconciliación con Dios.

En el libro de los Hechos de los Apóstoles, se narra un acontecimiento singular en ocasión de la celebración de la fiesta de Pentecostés. Unos días antes, el Señor Jesús, justo antes de ascender al Padre, les recomendó a los discípulos “esperar el cumplimiento de la promesa”, y les anunció que “recibirían poder cuando viniera sobre ellos el Espíritu Santo”. Al llegar el día, estaban reunidos todos, unos 120 según la narración; aunque en la iconografía clásica del hecho se representan solamente a los Doce y a María, la madre del Señor. Lo allí ocurrido es bien conocido: las lenguas de fuego repartidas sobre cada uno de ellos, que fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas; no extrañas, sino reconocibles por todos los que observaban y que procedían del todo el mundo romanizado. Todos ellos entendían lo que aquellos discípulos decían. A pesar de aquello, los descartaron porque “estaban borrachos”.

Como en la antigua fiesta judía, este Pentecostés cristiano es el comienzo de la cosecha. En esa fecha nace la Iglesia a su Misión: “me seréis testigos”. Al celebrar un nuevo aniversario del nacimiento del la Misión de la Iglesia, debemos renovar nuestro compromiso personal. Hoy como entonces, “los campos están blancos para la siega” y “los obreros son pocos”. Pidamos, mus especialmente, “que el Señor envíe obreros a su mies”.

Que Él os bendiga hoy y siempre.

Ilustración: Pentecostés, El Greco.

¿Justicia?

Dios se levanta en la reunión de los dioses;
en medio de los dioses juzga.

¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente
y haréis acepción de personas con los impíos? Selah

Defended al débil y al huérfano;
haced justicia al afligido y al menesteroso,

librad al afligido y al necesitado;
¡libradlo de manos de los impíos!

Salmo 82:1-4.

Recientemente hemos sido testigos de toda una serie de decisiones judiciales que nos han hecho pensar mucho en la situación de la justicia humana en nuestros días. La lista sería muy larga, pero mencionaremos sólo algunos casos, quizás los más escandalosos.

Después de varios años sin ejecutar la sentencia firme de cárcel por un delito de estafa, el Tribunal Constitucional exime a «los Alberto” de entrar en prisión por haber prescrito su delito. Muchos de sus socios sufrieron la estafa de millones de euros que nunca se devolvieron.

Un chico condenado hace varios años por robar para comprar droga, cuya sentencia tampoco se ejecutó durante mucho tiempo, fue internado en la cárcel a pesar de que en ese momento trabajaba, se había casado y creado una familia y sus vecinos, incluso el alcalde de su pueblo, expresaban que el mismo había abandonado la droga y se había rehabilitado totalmente. Actualmente se sigue solicitando su indulto, petición que no ha sido escuchada.

Tres “drag queens” y una chica “gogó”, condenados a 12 años de prisión por haber violado a un chico de 18 años, salen de la cárcel después de sólo cuatro meses de internamiento.

Quizás el caso más doloroso y que ha conmocionado a todo el país: un pederasta condenado por la violación de su propia hija de cinco años y abusos a otras chicas adolescentes, estaba en libertad por no haberse ejecutado la sentencia. En tales circunstancias intenta abusar y asesina a Mari Luz Cortés, de cinco años de edad, ocultando su cadáver ayudado por su esposa, el cual se encuentra dos meses después de la desaparición de la niña.

Hay muchos casos semejantes más, pero como muestra, suficiente.

¿No tiene razón el salmista en su alegato cuando observamos que miles de años después de haberse escrito, se sigue haciendo “acepción de personas con los impíos” y no se defiende “al débil y al huérfano” y no se hace “justicia al afligido y al menesteroso”?

La Palabra de Dios es válida para entonces y para hoy. Busquemos y hagamos siempre la verdadera justicia, la que procede de nuestro Padre Dios.

Continuaremos hablando sobre la aplicación de su Palabra a los asuntos de nuestra actualidad.

¡Bienvenidos al blog de la Iglesia Evangélica Bautista de San Sebastián de los Reyes!

«…lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido» 1ª Juan 1: 3-4

Un blog es un diario o «cuaderno de bitácora» en internet, el cual se lee y se actualiza de forma sencilla. En él reflejaremos el dia de nuestra congregación y todo lo que la rodea.

Arrancamos esta nueva etapa en nuestra iglesia en la cual echamos mano de internet y de los nuevos medios de comunicación, aparte de nuestra nueva web www.ieb-sanse.es, hemos pensado que la mejor manera de reflejar la actualidad de nuestra iglesia y de todo lo que nos rodea es a través de un blog como este, que iremos actualizando periodicamente con diversas cosas, ¿que cosas? para haceros una idea, las categorías en las que se van a poner nuevas entradas serán (por orden alfabético):

  • Actividades – Todas las actividades de nuestra iglesia y que rodean y conciernen a la misma.
  • Actualidad – Noticias actuales de especial relevancia por los que quizá podamos orar.
  • Curiosidades y anécdotas – Para haceros sonreir o quizá reflexionar.
  • General – Entradas de cualquier índole que no encaje en las otras.
  • Oración – Motivos de oración y de gratitud.
  • Pensamientos – Compartiremos pequeñas y oportunas porciones de la palabra de Dios. Quizá el Señor tenga algo que decirte hoy.

Espero que nos sigas y os sea de utilidad para el dia a dia.

Que disfrutéis de nuestro blog y sobre todo ¡Que el Señor os bendiga y os guarde!