Rebajas

Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de él mana la vida.” Proverbios 4:23

“Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.” Santiago 5:16

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:1-2

Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.” 1ª Corintios 10:12

Empezaron hace casi un mes, surgiendo de los restos del final de la navidad. Es la resaca de las fiestas, lo que queda del consumismo desenfrenado para tratar de alimentarlo nuevamente con sus propias sobras. Nos hacen un poco más llevadera la cuesta de enero. Son una ganga, un chollo, una tremenda oferta, una locura para el primero en pillarlas, es una carrera al sprint, una batalla por llevarse lo mejor. Son las rebajas. Se anuncian a bombo y platillo mientras los reyes magos terminaban de preparar su cabalgadura para regresarse a oriente, hasta el año que viene. Las rebajas estan aquí y se quedan durante dos o tres meses.

Es curioso, pero al margen de ese intento de reactivar el consumismo y el afán, en una época del año especialmente complicada, da la casualidad de que si echamos la mirada atrás, nos damos cuenta de que nuestro “espíritu” navideño también se quedó atrás y muchas veces, nuestro espíritu (sin comillas), da la sensación de que también se pone de rebajas después de navidad. Finales de enero es una buena época para hacer reflexión de lo que esta siendo (o ha sido) nuestro comienzo del año. Por si no lo recordáis, en la primera reflexión del año, hablamos de los típicos propósitos que se hacen en estas fechas. Piensa por un momento ¿Cuántos te planteaste? ¿Cuántos has llevado a cabo? ¿En cuantos estas involucrado a día de hoy? Hablamos de que la única manera de llevar correctamente a cabo todos nuestros proyectos para este 2011 es poniéndolos en manos de Dios ¿Lo has hecho ya o sigues empeñado en hacerlo todo por tu propia cuenta?

Cuando decimos de poner todos nuestros proyectos, metas, propósitos en manos del Señor, no pensemos en buenas intenciones, no pensemos en algo abstracto o difuso, o simplemente dejarnos llevar por el destino de forma pasiva, pensando que Dios lo hace todo, sin hacer nosotros nada. Dios es totalmente soberano, puede hacer todo aquello que quiera (es el creador del universo) pero cuando se trata de cambiar tu vida, él es tan justo y tan amoroso que respetará tus decisiones; tomemos esto como algo muy práctico. Así pues en tu mano está, poner tu vida en las manos de él (valga la redundancia) ¿Cómo? En la Biblia existen miles de maneras tus cosas en las manos del Señor, pero hoy quiero recomendar tres de ellas que resumen una vida de dedicación:

La primera es no amoldarse a las cosas vanas que ofrece este mundo caído (Romanos 12:1-2). Antes de poder llenarte de las cosas del Señor es necesario vaciarse de lo que tengas, y esto implica renunciar a muchos de los hábitos pecaminosos y contrarios a la voluntad de Dios. Para ello debes de guardar tu corazón, cuidar de aquello que piensas, porque lo que piensas, eso terminarás por hacer. Ora igualmente para que el Señor te ayude en esta prueba, si tu estas dispuesto ante Dios, tu oración será contestada (Santiago 5:16).

La segunda es cambiar tu forma de pensar y empezar a pensar como lo haría el Señor, plantarte ante cada situación con la Palabra en la mente, tomando cada decisión según su voluntad. Cambiar la mentalidad es difícil, requiere tiempo, pero es la mejor decisión que se pueda tomar (Romanos 12:2).

Y la tercera es perseverar. No vale con llegar, hay que mantenerse. No hay que dejar que nuestro espíritu “esté de rebajas”, así que si piensas que estas bien, mira que no caer (1ª Corintios 10:12).

No te dejes llevar por la pereza y la desidia. Si no lo has hecho, pon desde hoy mismo, tu vida en las manos del Dios.

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