“Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” Juan 10:11
Bienvenidos al nuevo año 2020. Desde estas breves líneas, esperamos y deseamos que este año sea tan bonito y redondo, como es su número. Desde luego, desde nuestras iglesias tenemos muchas expectativas con respecto a este año, ya que habrá muchas novedades, que el Señor irá añadiendo y revelando según su voluntad.
Como veis, con respecto a este escrito, seguimos el mismo plan que el año pasado, con los boletines mensuales, ya que éstos han funcionado, pero necesitamos que sigan funcionando con su lectura y tomando buena nota de todas las actividades y propuestas que desde aquí se hacen.
Es bastante probable que, con la ayuda y provisión del Señor, se añadan nuevos miembros a nuestra pequeña familia de iglesias (por lo menos un miembro más) y que este boletín llegue también al barrio de Valdezarza, en Madrid capital. Lugar donde hay misión que hacer y por ello, en los próximos meses tanto “Ágape” como “Clamemos” reciban un nuevo lavado de cara con esta nueva incorporación.
Dios nos ha bendecido y sorprendido gratamente durante 2019 y no esperamos menos de 2020. Porque sus planes son mayores que los nuestros.
Esperamos que, asimismo, y en relación a lo anterior, todos podamos ser contagiados por el entusiasmo por este proyecto misionero, en el que además saldremos mensualmente a la calle en viernes, además de continuar con Operación MATEO, avanzando en abrir nuevos hogares y que estos puedan tener más personas, y teniendo un mes especial de campañas en junio, tanto en Sanse, Valdetorres y también el barrio de Valdezarza. Y explorando nuevas posibilidades de alcanzar a aquellos que aún no conocen de Cristo. Esa es nuestra misión y nuestra visión.
Ahora yendo con el asunto que nos ocupa en este mes, tal y como hicimos el año pasado, haremos un énfasis mensual en un aspecto diferente de la vida de la iglesia, y al igual que el año pasado, arrancamos el año con el énfasis en el ministerio pastoral.
No hablé en vano de los proyectos y las expectativas para este año al principio de este escrito. Cuando un año empieza lo normal es reflexionar sobre lo que uno espera de este nuevo ciclo que se abre ante nosotros. Pero en relación a lo que toca este mes, y pensando en lo que es un “buen pastor”, nuestra mente y corazón, en seguida van en busca del llamado “príncipe de los pastores” que es nuestro Señor Jesucristo, el buen pastor por excelencia.
Lo cierto es que pensando en general, en pastores, a veces escuchamos y leemos noticias muy inquietantes en internet o incluso a veces en los medios masivos, acerca de pastores evangélicos que han cometido algún tipo de abuso sexual, o se han enriquecido a costa de una iglesia, o a través de algún tipo de fraude, o los conocidos como abusos espirituales (esto no se oye tanto pero se da muchísimo y es tremendamente peligroso), que son pastores manipulando a su feligresía haciendo uso indebido de su autoridad, para obtener cualquier tipo de beneficio propio, y provocando con ello la destrucción de innumerables iglesias locales, en todo el mundo.
Lo cierto es que aquellos que no cometen estos abusos, que no destrozan iglesias, y que son hombres y mujeres levantados y llamados por Dios y que tratan de acometer su labor con honradez, también se pueden equivocar en un momento dado.
¿Nos podemos fiar entonces de algún pastor? La respuesta corta es sí, del que nunca nos falla que es Cristo, el “príncipe de los pastores”. Pero la respuesta larga es que sí igualmente, pero para no restar ninguna autoridad a los hombres y mujeres que con honestidad procuran gestionar y cuidar de una congregación, aunque se puedan equivocar en momentos puntuales (¿Quién de vosotros no se equivoca?), Cristo mismo es el que llama, el que levanta, el que prepara y equipa y el que conforma el corazón de cada pastor a su propio corazón.
En el pasaje de Juan 10, que es una continua metáfora de la vida pastoril, Jesús se presenta en todo momento como el buen pastor. Un pastor tan perfecto que da su vida por sus ovejas, que se coloca en la puerta del redil para que ninguna sea dañada por agentes externos, que también va a buscar la que se pierde, sea la que sea, cuyos intereses está en la vida, salud e integridad de su rebaño por encima de sus intereses personales. ¡Qué bueno tener un pastor así! ¿Verdad? Ese es Cristo, al que debemos de mirar, y al que nuestros ministerios pastorales deben imitar.
Con todo esto en mente, poniendo nuestra mirada en el buen pastor por excelencia os deseamos un muy ¡Feliz año 2020!
Santi Hernán