La reforma laboral, las redes sociales… y la Palabra

El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor; mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra.” Proverbios 14:31

El que confía en sus riquezas caerá; mas los justos reverdecerán como ramas.” Proverbios 11:28

                  El pasado domingo se movilizaron cientos de miles de personas, en su mayoría trabajadores, pero también hay desempleados. El motivo, la nueva reforma laboral. No voy a hablaros sobre este paquete de medidas, que según el gobierno, pretende facilitar la solvencia a las empresas, y con todo esto, ayudarlas a contratar a más trabajadores para acabar con una de las mayores lacras de los últimos años: El paro. Hay más de cinco millones de desempleados. Se estima que hay más de un millón de familias con todos sus miembros parados. Una tragedia. Pero más trágico es que las soluciones reales se estén haciendo de rogar. Las alternativas, al margen de qué signo político (izquierda o derecha) esté en el poder, deben de ir más allá de los recortes y los abaratamientos que propugnan los grandes y poderosos como la única e inevitable solución a todos los males económicos. Pero yo no soy quién, para solucionar estos problemas tan complejos.

Por otro lado: Las redes sociales, que como bien sabéis, son aquellos lugares, en internet, donde la gente se conoce, comparte y anuncia, ya los conocéis: Facebook, Twitter, LinkedIn, Google +, etc… han sido, en todo este tiempo de crisis, una herramienta asombrosa e inesperadamente útil, para tratar de movilizar a las gentes a protestar y defender todo aquello que nos pertenece, como nuestros derechos y libertades. Ha ocurrido en la primavera árabe (las revueltas de 2011 en Túnez, Libia, Egipto y Yemen) y el mucho más cercano movimiento 15-M, comenzando con las acampadas en la Puerta del Sol, en Madrid y extendiéndose incluso hasta llegar a “Ocupar Wall Street”, en Nueva York. Todo contra un sistema injusto y cruel, del que una minoría elitista sale muy beneficiada; mientras una mayoría cada vez más grande, tiene necesidad. Sin embargo, una de las pegas que se le vienen asignando a estos movimientos son la falta de concrección, la disparidad de objetivos, y la falta de un liderazgo sólido; por no decir, que estos movimientos, convocados con la ayuda de las redes sociales, han ido disminuyendo su actividad con el paso del tiempo. Se están diluyendo. Todo esto me lleva a pensar muchas cosas. Una pregunta que retumba mi cabeza, y la de mucha gente es ¿Tendrá esto solución? Y si es así ¿Cuál es?

No hay otra verdad, más que la que revela la Palabra. Pueden cambiar los tiempos, las leyes, los gobiernos, las naciones, las personas, y sobre todo, las circunstancias; pero la Biblia, la voz de Dios al alcance del ser humano, es inmutable y eterna. Es una de las mayores expresiones del amor de Dios por nosotros. No es una verdad, es LA verdad, y a ella nos tenemos que agarrar sobre todo, en tiempo de crisis.

¿Y qué nos dice Dios ante tanta injusticia? ¿Qué hacer con todo esto que está sucediendo a nuestro alrededor? Para empezar, la Biblia identifica claramente el problema ¡Mejor aún! La base del problema: El corazón humano y su codiciosa naturaleza (1 Timoteo 6:10, Mateo 6:24), pero también aporta una luz de esperanza, ante tanta necesidad (Mateo 6:25-34, Proverbios 30:8, Salmo 23:1). En definitiva, nos revela que Dios, con su amor y misericordia nos proveerá, por lo tanto debemos descansar en él, pero también nos exhorta a que nunca seamos codiciosos, no tengamos el dinero, las riquezas o la simple provisión como nuestro “dios”, y que seamos responsables con nuestro trabajo.

Al igual que los “estados”, “tweets” y mensajes de las modernas redes sociales; las escrituras ya expresaban de esta forma tan sencilla, la realidad de hace milenios, para explicar algo que aún con el cambio de los tiempos, sigue igual, que es el afán por poseer y amontonar del ser humano. El libro de Proverbios, es un compendio de grandes verdades encapsuladas en pequeñas afirmaciones, que nos ayudan a obtener sabiduría y a entender mejor nuestro entorno. Lee la Palabra, lee también los proverbios y difúndela en tu entorno como se difunden las consignas y propuestas de los sindicatos y movimientos de protesta mundanos por internet; pero sobre todo, y pase lo que pase, obedécela, pues seas trabajador asalariado o seas empresario, ella tiene un consejo para ti, ella te guiará y te reconfortará en medio de un mundo en constante crisis.

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