Brevísima historia de la Música en el Culto Cristiano IV

La música en la Reforma Protestante.

Comenzamos este nuevo capítulo como no podía ser de otra forma: con el gran himno de Lutero.

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Con la Reforma del siglo XVI culmina un largo proceso de crítica y oposición al sistema papal de la Iglesia romana que ya se venía produciendo desde la edad media europea. En este sentido debemos mencionar el movimiento de Juan Hus en Bohemia, del cual surge la iglesia morava, y el de Pedro Valdo en Italia, que da origen a la iglesia valdense. Otros movimientos de protesta fueron el de los cátaros y los albigenses. Todos enfatizaban un regreso de la Iglesia a la pureza evangélica, siendo declarados heréticos y perseguidos por la iglesia romana. La situación de la iglesia en occidente cambia en el siglo XVI al producirse el proceso conocido como la Reforma Protestante. El caso es bien conocido y no nos ocuparemos aquí de éste salvo en lo que se refiere a su influencia en la música en el culto cristiano.

Como se sabe, Lutero era un monje dominico que lidera un movimiento de protesta por la corrupción imperante en la jerarquía papal y los medios que utilizaba para recaudar fondos para la construcción de la basílica de San Pedro en Roma. Como consecuencia de su protesta fue excomulgado y recibió la protección de varios príncipes alemanes que, además, rechazaban la hegemonía política ejercida por el papado. Todo esto resultó en la creación de  la iglesia llamada luterana que tuvo que crear una nueva forma de culto basado en la misa católica, pero muy distinta de ésta.

Una de las características que la diferencian fue el uso de la música en la iglesia. Lutero, músico él mismo, recupera el canto congregacional y compone obras para ser utilizadas en el culto protestante. Su composición más  conocida es el himno “Castillo Fuerte es Nuestro Dios”, inspirado quizás por su constante ir de un castillo a otro escapando de sus perseguidores, reconociendo que el único refugio seguro es el que ofrece nuestro Dios a sus hijos.

En su producción de música para la iglesia, Lutero fue criticado por el uso que hacía de la vieja música profana popular , “mejorándola”. A esas críticas respondía diciendo que “…son melodías muy bellas para dejarlas en manos de Satanás”. Lutero adaptó a estas melodías letras apropiadas que en muchas ocasiones no eran sino traducciones al alemán de antiguos himnos latinos, abriéndose posteriormente a utilizar poemas en alemán. Él no tuvo ningún reparo en remodelar los cantos litúrgicos latinos, Salmos y pasajes bíblicos haciendo con ellos himnos para el uso de la iglesia alemana.

Muchos otros autores componen música para la  iglesia protestante, y es imposible dejar de mencionar al músico protestante por excelencia: Juan Sebastián Bach.  Bach ha sido uno de los mayores genios musicales de todos los tiempos. Nació en Alemania en 1685 y allí murió en 1750. Su obra es inmensa y abarca gran cantidad de géneros, aunque siempre acorde con la fe que lo inspiraba. Descendiente y progenitor de una prolífica familia de músicos, compuso en un estilo vanguardista para su época, pero con una maestría y un lenguaje complejo y a la vez accesible. Era un adolescente cuando se transformó en un virtuoso del órgano. En 1703 lo tocaba en la ciudad de Armstadt.  Fue músico de la corte de de los duques de Sajonia-Weimar y en 1723 obtuvo por concurso el cargo de director musical de la iglesia de Santo Tomás, de Leipzig. Conocido en su época como virtuoso organista e improvisador, fue organista en Weimar y Maestro de Capilla en Leipzig. En 1750, Bach ya llevaba dos años ciego. Su vasta obra musical contiene una gran cantidad de cantatas compuestas para ser usadas en el culto luterano. Compone un total de ocho ciclos completos, de 58 cantatas cada uno, para las celebraciones del año litúrgico, un total de 464, de las cuales se conservan solamente unas 250. Compone también algunas misas, la más célebre la Misa en si menor y varias Pasiones, obras que consisten en la representación de la pasión de Jesucristo, comentada con arias, coros y corales. La más conocida, considerada por muchos su obra más importante, es la Pasión según San Mateo.

Bach es un renovador de la música fijando la escala musical hoy conocida. Su obra El Clave bien Temperado (o Afinado), establece hasta la actualidad la escala de 12 notas. Inventa un género musical netamente protestante: el coral, utilizado para el canto congregacional. Sus cantatas y pasiones incluyen corales en los que la congregación se unía al canto. Muchos de los himnos que hoy se utilizan en la iglesia, están compuestos en forma de coral. A continuación damos como ejemplo uno de sus corales más conocidos: “Jesús mi alegría” (Jesu, meine freude).

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En general se piensa que el canto en la iglesia protestante era acompañado por el órgano.  En realidad no era así. De hecho, tanto Lutero como muchos de sus contemporáneos, no tenían una buena opinión de este instrumento, refiriéndose a él hasta con cierto desprecio, llegando a prohibir su uso en el culto. Pero no sólo los protestantes; también en la iglesia católica se compartía esta visión del instrumento. Tomás de Aquino no lo consideraba apto para el culto cristiano, aunque tampoco consideraba apropiado el uso de ningún instrumento para acompañar el canto en la iglesia.

El órgano resume todas las posibilidades de una orquesta. Su sonido proviene del aire que, impulsado por fuelles o una bomba mecánica, pasa por tubos de distinta longitud (a mayor longitud, sonidos más graves) y tipo de embocadura; y que se regula a través de registros, con botones a la vista o tiradores situados sobre los teclados. Tiene de dos a cinco teclados  manuales, y el pedalero, que consiste en un conjunto de varillas gruesas de madera, como grandes teclas, que se manipulan con los pies y proveen los sonidos más graves. En la Edad Media se construyeron pequeños órganos portátiles con un fuelle que se accionaba con una mano al mismo tiempo que la otra era usada en un teclado, en oposición a los llamados positivos, cuyo tamaño era mayor. Fueron evolucionando y adquirieron dimensiones enormes, con miles de tubos y varios teclados. Su compleja y artesanal construcción determina que no haya dos iguales. Poco a poco el órgano fue ganando en aprecio y, aunque su estructura y mecanismos no permitían una ejecución suficientemente ágil para seguir a las voces, se comenzó a utilizar para “dar la entrada” al canto que continuaba sin acompañamiento. Las mejoras introducidas paulatinamente hicieron que cada vez más se utilizara y ya en tiempos de Bach, como hemos dicho, había alcanzado un desarrollo tecnológico suficiente para ser utilizado más intensamente en la iglesia.

Pueden mencionarse otros autores de la época, como Jorge F. Handel, creador del famosísimo oratorio El Mesías, y muchos más, pero por la necesaria brevedad de este trabajo, sólo lo mencionamos a él. Comenzamos este capítulo con el gran himno de la Reforma. Lo terminamos de la mejor manera, con el coro más conocido de Handel: el Aleluya del oratorio “El Mesías”.

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Actualmente esta música, compuesta para ser utilizada en las iglesias reformadas, se escucha mucho más en las salas de concierto, olvidándose en muchos casos su destino para el culto cristiano que las inspiró.

El Himno:

En esta entrega les presentamos un himno muy conocido compuesto en forma de coral: “A nuestro Padre Dios”. Se atribuye a Lowell Mason, quien desde niño mostró un gran interés por la música, aprendiendo a tocar en todo instrumento que llegaba a sus manos. Trabajó en un banco no deseando ser conocido como músico, pero con una gran habilidad musical comenzó a hacer sus propias composiciones, llegando a componer más de 1600 obras religiosas. Fue director musical en varias iglesias y llegó a ser el primer superintendente musical del sistema de enseñanza pública en Boston. Se le conoce como el “Padre de la música de la iglesia Norteamericana”. Disfruten de este hermoso himno que les presentamos en el video a continuación.

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Hasta la próxima y que Dios te bendiga.

Artículos anteriores:

Brevísima historia de la Música en el Culto Cristiano I

Brevísima historia de la Música en el Culto Cristiano II

Brevísima historia de la Música en el Culto Cristiano III

 

2 Comentarios

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